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El director de la Escuela de Guerra Naval pide más dinero para combatir 'el síndrome de la Paz'

El rey don Juan Carlos presidió a meodiodía de ayer en la Escuela de Guerra Naval la clausura de curso de la XXXV promoción de Estado Mayor de la Armada. Estuvo acompañado en el acto por el ministro de Defensa, Narcís Serra, y los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos. En su correspondiente discurso, el director de la escuela, vicealmirante Salvador Moreno de Alborán, puso de relieve los peligros que conlleva, sobre todo para la Armada, el recorte de los presupuestos dedicados a defensa durante las épocas de paz.

El vicealmirante Moreno de Alborán señaló que en las naciones en las que, durante muchos años, no se producen conflictos armados, surge lo que denominó el síndrome de la paz prolongada. "La nación atacada por esta peligrosa enfermedad comienza por recortar las asignaciones presupuestarias requeridas por la defensa", dijo. "El problema resulta totalmente demoledor para la Marina de Guerra, cuyo proceso de obtención de material es, cuándo menos, tres o cuatro veces más dilatado en el tiempo considerado normal por sus ejércitos hermanos".Agregó el vicealmirante que "las guerras del futuro serán, sin duda, fulminantes, intensas, mucho más cortas que las pasadas; lo que no se posea al iniciarse el conflicto, no se podrá conseguir durante su desarrollo; lo que se pierda en él, no se podrá reponer antes de que vuelva a brillar la paz". "Aprovechad", dijo a los alumnos, "cuantas oportunidades se os ofrezcan para llevar al ánimo de vuestros compatriotas el convencimiento de que debemos estar preparados para la guerra".

"Absurdas equiparaciones"

Habló también el vicealmirante de que el síndrome de la paz prolongada provoca "la tendencia del estamento militar de la nación a convertirse en funcionariado". En este sentido, calificó de "obsesiva y absurda" la tendencia de muchos militares a buscar equiparaciones y convalidaciones con los funcionarios civiles. Actualmente el Ministerio de Defensa está elaborando una Ley de Retribuciones cuyo objetivo, solicitado por muchos militares, es precisamente la equiparación salarial entre los militares y los funcionarios civiles.Respecto a esta misma cuestión, el director de la Escuela recordó que "se ha dicho que el militar no trabaja, sino que sirve. Creo", precisó, "que tal afirmación es totalmente válida". El vicealmirante concluyó su intervención diciendo: "Amad, como hombres, la paz, pero, como profesionales, preparaos constantemente para la guerra".

Tras estas palabras, el Rey entregó los correspondientes despachos a los miembros de la XXXV promoción, entre los que figuran tres militares procedentes de Argentina, Filipinas y Brasil. Concluido el acto oficial -al que también asistió el ministro del régimen anterior Gregorio López Bravo- el Rey, que vestía uniforme de almirante de la Armada, participó en los jardines de la escuela en un vino de honor, durante el cual charló con varios altos mandos del centro.

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