Balance semanal discretamente positivo
Tras un inicio aterrador de la semana, las bolsas españolas recuperaron paulatinamente la normalidad a lo largo de la semana que termina hoy, hasta presentar unos cierres discretamente entonados en los que la moderación de los vendedores se constituía en el solitario freno a las bajas.Una cierta demanda selectiva aparece centrada sobre algunos valores del sector cementero y sobre los títulos de algunas empresas alimentarias, sobre la que se construye un complicado andamiaje cuyo resultado final son mejoras bastante espectaculares.
El resto del mercado aparece sumido en un suave letargo que ni tan siquiera se atreven a interrumpir los cuidadores de los bancos.
El momento podía resultar propicio para que estas entidades intentasen proporcionar un nuevo empujón a los precios de sus acciones que los separase ya definitivamente de la temida cota del 200%.
Sin embargo, la escasa consistencia real del mercado parece desaconsejar operaciones de este tipo por las fulminantes reacciones vendedoras a las que puede dar lugar.
Con todo, fue el sector eléctrico el centro de atención de inversores y especialistas. Los insistentes rumores sobre la posibilidad de que algunas de estas compañías recorten sus dividendos el próximo año han aportado un importante lastre a las evoluciones de las acciones electricas.
Dentro del catastrofismo que iba imponiéndose, incluso llegó a apuntarse la posibilidad de que en algunos casos fuese suprimida la retribución a los accionistas.
Este último rumor parece carecer de fundamento, por Cuanto en círculos próximos a estas sociedades se tiene el convencimiento de que en los casos mas desfavorables siempre se admitiría, como mínimo, una derrama del orden del 5%.
El discreto freno a las bajas que consiguieron imponer en las últimas reuniones estos valores constituyó un buen elemento de reflexión para los más nerviosos, que, al menos por el momento, cedieron un tanto en su furia vendedora.
En cualquier caso, y a escasas fechas de que el protocolo firmado el pasado mes de junio entre los representantes de las grandes compañías eléctricas y la Administración comience a ser desarrollado, en el panorama del sector se entrevé una posible recomposición de fuerzas, con una mayor presencia del sector público, y la supervivencia de las empresas privadas que presenten condiciones objetivas de rentabilidad.
Para la próxima semana, con la primera remesa de los Presupuestos aún caliente en los pasillos del Congreso, no se esperan novedades sustanciales en el comportamiento de las bolsas.
Los nervios y los rumores volverán a tener un papel destacado en el desenlace final de cada sesión.
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