La directiva del Madrid trató ayer de la crisis del club

La directiva del Real Madrid se planteó anoche, en un ambiente calificado como de "tensa espera", la grave crisis que sufre el equipo, cuando hace tan sólo unos días, en la asamblea del club, se dio un excesivo margen de optimismo al futuro económico y deportivo del club. Luis de Carlos, presidente, habla de "enfermo, aunque no de gravedad", y tras recordar días atrás que el Real Madrid había sido considerado como "el tercer equipo de Europa", asegura que "el 28 de este mes es el plazo para pagar la primera letra". El dinero lo debe poner Di Stéfano eliminando al Sparta de Praga. No hay constancia oficial de que la directiva madridista estudiase anoche qué técnicos y dirigentes de la entidad debían pagar las letras de los últimos fichajes.Pese a que algunos de los jugadores más sensatos del club intentan mantener la calma y encontrar la tranquilidad precisa para recobrar la confianza perdida, el Madrid se ha convertido en un caos. Lozano se cree un incomprendido porque algunos de sus compañeros no comprenden la escasa garra del de Coria; Julio no entiende su sustitución por un centrocampista con el marcador en contra, pero otros no ven justificado el fichaje del canario; Juanito, el mejor hombre madridista frente al Valencia, afirmó tras el partido que "estamos sin brújula y sin línea".

Hay más. Santillana, el ariete que con sus goles retrasa cada temporada posibles crisis, admite que "no hacemos sobre, el césped lo que tenemos que hacer, nos perdemos, no marcamos bien y para colmo yo, personalmente, me considero uno de los responsables de la derrota del domingo por mis fallos en el remate"; Metgod, el segundo extranjero del club, la plaza que debería haberse ocupado con un jugador resolutivo, habla de "luchar por recuperar la titularidad"; y en el ambiente de la plantilla flota la tesis, como afirma Santillana, de que "es cierto que la diferencia de Madrid y de otros equipos en relación con el Barcelona, la marcan los extranjeros".

El plazo es el 28 de septiembre. Hasta esa fecha el Madrid juega un difícil partido el sábado, en Atocha, contra la Real Sociedad, con la esperanza de que Gallego y Stielike puedan reaparecer y arreglar el desorden, pero con la incógnita de cómo va a responder el jugador alemán; luego, la eliminatoria de la Copa de la UEFA ante el Sparta checoslovaco. Un 1-0 basta, pero de no lograrse la situación obligaría ya a adoptar decisiones tan drásticas como peligrosas. Entre otras cosas, según se afirma ya en círculos madridistas, porque cesar a Di Stefano debería conllevar la dimisión de quienes le trajeron; de quienes le renovaron hace unos meses, y de los responsables de la política de fichajes de las últimas temporadas.

A todo ello, oficialmente el club intenta a marchas forzadas restar importancia, hasta el punto de calificar la reunión de ayer como "ausente de tensión".