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El Barça estropeó la fiesta de la televisión catalana

Fue un día televisivo y si no que se lo pregunten al equipo de TV3 que se arrastró por el cespéd del Camp Nou, estirando el cable de su cámara autónoma de video, intentando captar primeros planos de los jugadores azulgrana y obstaculizando, en determinados momentos, el trabajo de los fotógrafos. Fue, sin duda, un día televisivo. Los telespectadores catalanes, que acaban de ver cómo J. R. intentaba recuperarse en la UVI mientras su padre llamaba pendó a Sue Ellen, esperaban ver un nuevo episodio de Galáctica, estrella de combate en el campo del Barcelona.Los cylones que intentaban el asalto del Camp Nou no parecían poseer armas suficientes como para comprometer el triunfo del Escuadrón azul. El capitán Apollo Maradona y su inseparable teniente Starbuck Schuster habían prometido el triunfo a Adama Menotti, en el primer partido de Liga en casa. Desde el primer momento quedó demostrado que lo único que pretendían los escuadrones de Baltar Brzic era perder centones (minutos).

EMILIO PÉREZ DE ROZAS, Barcelona

M., Barcelona

Los cylones de ayer nunca fueron temibles, pero convirtieron en cenizas toda la euforia de los últimos meses de la pasada temporada y demostraron que la escuadra de Menotti tiene todavía mucho que aprender para intentar el asalto definitivo a la tierra, al título. Ni Apollo ni Starbuck, ni siquiera el teniente Boomer Quini, que salió a última hora para intentar aumentar la ventaja inicial, dieron ayer la sensación de pertenecer a un conjunto capaz de las mejores proezas.

El Barcelona de anoche estuvo formado por 12 jugadores que ni formaban un conjunto, ni poseían ideas. Anoche no pareció que hiciera cinco meses que juegan juntos. Cada miembro del Escuadrón azul hacía la guerra por su cuenta, con multitud de imprecisiones y protestando todo aquello que le salía mal, llegando incluso a culpar al árbitro -también galáctico- de sus desaciertos. Al final, los barcelonistas parecían más interesados en que fueran pasando los centones, que en perforar su nave. El segundo gol pudo conseguirlo, en propia puerta, Macua, cuyo cabezazo dio en el poste. Y es que, ya se sabe, los cylones no ganarán nunca.

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