Moderado el proyecto inicial de suspensión temporal de contratos en Portugal

El Gobierno portugués de coalición socialista-socialdemócrata ha moderado su proyecto inicial de la ley de Suspensión Temporal de Contratos de Trabajo (lay-off), que sometió a la apreciación de las asociaciones patronales y sindicales.Según fuentes oficiales, el documento será puesto a la discusión pública, a partir del próximo jueves, en el Boletín del Ministerio del Trabajo, con las alteraciones propuestas en la primera ronda de consultas entre el ministro de la Tutela, el socialdémocrata Amandio de Azevedo, y las fuerzas sociales.

Entre ésas destaca la alteración del abono salarial del trabajador afectado por el lay-off, que pasó del 60% a dos tercios (66,6%) de su sueldo habitual mientras dure la suspensión del contrato de trabajo. Los contratos de trabajo de las empresas afectadas por el lay-off, en los sectores público y privado, quedarán suspendidos por un año, prorrogable por otro período, en que los trabajadores devengarán dos tercios de su sueldo líquido, que en ningún caso será inferior a los 11000 escudos (unas 16.000 pesetas) y superior a 39.000 escudos (unas 48.000 pesetas).

También, y al contrario del proyecto inicial presentado la semana pasada, los trabajadores afectados podrán percibir otros salarios en actividades fuera de la empresa y devengarán la totalidad del sueldo especial de vacaciones.

No fue, sin embargo, aceptada la sugerencia de las dos centrales sindicales -la procomunista Confederación General de Trabajadores Intersindical (CGTP-IN) y la prosocialista Unión General de Trabajadores (UGT)- según la cual los sindicatos deberían consultarse antes de la imposición del lay-off en cada empresa, papel que competirá tan sólo a las comisiones de trabajadores.

Según una fuente gubernamental, la nueva ley concederá preferencia a la reducción del número de jornadas laborales o de su horario, en detrimento de la suspensión de trabajo.

El Gobierno que preside el socialista Mario Soares ha presentado su proyecto como un "mal menor" para evitar los despidos, que serían inevitables en un gran número de empresas afectadas por la crisis económica que padece Portugal y que enfrentarán una situación recesiva provocada por la prevista disminución de la demanda interna y el encarecimiento del dinero.