Comienza un cielo de Raúl de la Torre

Juan Lamaglia y señora, que hoy inicia el ciclo dedicado al cineasta argentino Raúl de la Torre, fue presentada en el festival de Valladolid de 1970 sorprendiendo entonces por su inteligente tono documental, su sentido del humor y su bienintencionado reflejo social. No fue, sin embargo, exhibida comercialmente en España; en su lugar, se estrenaron otras dos películas del mismo director, Crónica de una señora y Heroína -que se doblaron al castellano, como si el acento argentino nos fuera incomprensible-, dejando inédita la primera obra en la que De la Torre intentó una fórmula narrativa que abandonó en parte más tarde.Veremos ahora una buena selección de su trabajo, y en versión original. Este realizador de 45 años, admirador de¡ cine de Leopoldo Torre Ni1sson es un cronista de las contradicciones morales de la burguesía argentina, que sitúa habitualmente alrededor de personajes femeninos. Ha sido repetidas veces premiado en festivales locales y extranjeros y constituye por ello una muestra del mejor cine porteño de la llamada generación intermedia.

Las dificultades políticas y económicas que últimamente vive Argentina no han posibilitado el cómodo desarrollo de su filmografía, pero tales dificultades no han afectado, como sí lo hicieron en España, al contenido del cine que ha podido seguir realizándose. Los cineastas argentinos se enorgullecen de su cine del silencio, y "así lo llamamos", dicen, "porque la nuestra debe ser la única dictadura del mundo que no registra ni un largometraje que la haya elogiado".

Raúl de la Torre nació en febrero de 1938 en Zárate, en la provincia de Buenos Aires. Su abuelo era asturiano y su padre santanderino, de Santoña. Estudió Bellas Artes pero se dedicó muy pronto al cine publicitario y al periodismo. Entre 1970 y 1979 realizó distintos documentales, varios de ellos para empresas italianas. El ciclo que TVE ofrece comprende toda la filmografla de largometrajes de Raúl de la Torre, quien en unas declaraciones al semanario oficial de RTVE, Tele-Radio, afirma: "Lo primero que le diria al espectador español es que tiene que mentalizarse para ver un cine argentino, un cine que va a manejar otro lenguaje, que es grave porque es similar, pero que no es el mismo. Y van a ver una concepción cinematográfica que es casi antípoda de lo que ellos tienen asumido. Creo que este esfuerzo que se le tiene que pedir al espectqdor español solamente va a estar justificado porque van a entender un pueblo, porque van a entender a otra gente, que no conocen. El espectador español sabe perfectamente cómo es la gente de San Francisco, de Los Ángeles, identifica si algo está filmado en Nueva York, en Miami o en el Caribe, pero lo que no sabe es si está filmado en Uruguay o en la Argentina, o en Chile".