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Carlos Pérez de Bricio y José Antonio Segurado se disputarán la presidencia de la CEOE a partir de septiembre

Joaquín Estefanía

Los empresarios Carlos Pérez de Bricio, presidente de Confemetal, la patronal del metal, y José Antonio Segurado, presidente de la Confederación Empresarial. Independiente de Madrid (CEIM), competirán a partir del próximo mes de septiembre por la presidencia de la cúpula patronal, que actualmente ostenta Carlos Ferrer Salat. Aunque queda todavía un año para este relevo, la campaña electoral se abre en otoño próximo y todavía no está descartado el que, de tensarse esta campaña hasta límites ahora insospechados, hubiese otras opciones, como un cambio de estatutos que propiciase la reelección de Ferrer o la profesionalización de la presidencia de la CEOE, poniendo a su frente al secretario general, José María Cuevas.

Según fuentes de la patronal, la alternativa Pérez de Bricio-Segurado surge en un proceso de reacción de los principales dirigentes de la CEOE ante lo que consideran inicio de una campaña electoral de José Antonio Segurado el pasado mes de enero. Según estas fuentes, Segurado consideró que el cambio político protagonizado por los socialistas llevaba consigo un cambio similar en la cúpula patronal, toda vez que, además, el período presidencial de Ferrer Salat finalizaba, en el caso máximo, en otoño de 1984. Segurado se auto constituyó en alternativa a Ferrer. El aparato de la cúpula patronal decidió cortar el protagonismo de Segurado quitándole la posibilidad de hablar en nombre de la CEOE y dejándole reducido a presidente de la patronal madrileña. Se decidió unánimemente que dimitiesen los cinco vicepresidentes de la CEOE (el sexto, González Estéfani, ya lo había hecho para presentarse como diputado al Congreso por la Coalición Popular, y su sustituto en la CEPYME, Jiménez Aguilar, no llegó a acceder a la vicepresidencia de la cúpula), quedando un único vicepresidente, Ignacio Briones, representan te de la construcción y considerado como un empresario sin ambiciones políticas."Segurado se equivocó al iniciar la campaña tan pronto", afirman estas fuentes, "y se ha quemado. Los empresarios son personas que agradecen que alguien hable por ellos, como hace continuamente Segurado, pero sin que su representante se pase de rosca. Eso le ha ocurrido al presidente de la CEIM". Como reacción a la actitud de Segurado, en el seno del comité ejecutivo de la patronal fueron confluyendo las opiniones en favor de Carlos Pérez de Bricio para sustituir a Ferrer.

Las razones de Segurado

El presidente de la patronal madrileña hace otro análisis de su actitud, y lo hace con su nombre por delante. "Jamás he expresado hasta ahora mi predisposición a presentarme a la presidencia de la CEOE. Siempre he dicho que haría lo que me pidiese la junta directiva de la CEIM. A principios de julio hubo gente de la CEIM que me pidieron que me presentara, y desde entonces ha habido mucha más gente que me incita a ello. En este mes ha habido muchas consultas a la base de la patronal y casi todas ellas son favorables a que el presidente de la CEIM aspire a la presidencia de la CEOE. La junta directiva de septiembre decidirá en definitiva, pero casi estoy convencido de que me presentaré". Segurado concluye afirmando que "si me lo piden en septiembre, me voy a presentar. Iré en una candidatu a coherente. Ganaré o perderé con la sonrisa en los labios".Sin embargo, las preferencias del actual aparato de la patronal (entendido éste en sentido amplio, es decir, su comité ejecutivo) parecen estar mucho más cerca de Pérez de Bricio que de Segurado. Así lo expresan diversas personas que conforman este comité, aunque en ningún caso autorizan a decir sus nombres. Segurado entiende que "el aparato de la CEOE será exquisitamente neutral".

El proceso de selección de candidaturas se ha hecho siguiendo las pautas de las distintas patronales europeas, en las que casi desde el principio del mandato de un presidente se sabe quién será su sucesor, el tapado, que suele coincidir con el vicepresidente. En la CEOE había seis vicepresidentes, que dimitieron en enero para eliminar excesos de protagonismo de cara a la sucesión. Uno de ellos, Javier González Estéfani, ha dejado el mundo de las organizaciones patronales para pasar al terreno político, lo que le descarta por principio para suceder a Ferrer; Arturo Gil -quien muchos consideran como el sucesor natural- ya ha expresado su deseo de no acudir a una elección. Gil es consejero delegado de Clesa, una empresa en la que confluyen los intereses familiares de la familia Gil, y no puede dedicarse a la presidencia de la CEOE; Ignacio Briones, el actual vicepresidente, es considerado un hombre bueno, al margen de la contienda, y tampoco entrará en la confrontación; Alfredo Molinas, presidente de la todopoderosa patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional, tampoco es considerado como políticamente oportuno para la CEOE, ya que consagraría el dominio de la línea catalana (Ferrer salió también de Fomento). Además, parece coherente que a un presidente surgido de una territorial le suceda el representante de una sectorial. Sólo quedan Pérez de Bricio y Segurado.

El primero cuenta, aparte del apoyo teórieo del aparato, con el visto bueno de los poderes fácticos, pues dedica una buena parte de su tiempo profesional a empresas vinculadas a los dos pr¡meros bancos del país (por ejemplo, Sniace, de Banesto, y Cepsa o Aznalcollar, del Central) y por tanto es hombre de la confianza de José María Aguirre Gonzalo y Alfonso Escámez. Segurado no tiene ese apoyo, pero para él esto es un rasgo de mi independencia, como también lo es, en el terreno político, el que a la CEIM hayan acudido políticos de todas las tendencias".

Sin embargo, sus oponentes recuerdan que Alianza Popular le pidió que se presentara como candidato a alcalde de Madrid para contrarrestar la hegemonía de Tierno Galván, y que esto le marca. También hay empresarios que recuerdan que Pérez de Bricio fue ministro de Industria y que, por tanto, tampoco está puro desde el punto de vista político.

El poder del aparato

Otros dirigentes empresariales consultados, que consideran precipitado que en septiembre se ponga en marcha un proceso de sucesión, creen que la preferencia del aparato de la CEOE por Pérez de Bricio es consecuencia del mayor poder que en el futuro tendrá este aparato. "Ferrer es un hombre que tiene empresas propias, que le van muy bien económicamente, y que ha seguido en directo la marcha cotidiana de la CEOE. Pérez de Bricio, sin embargo, lleva negocios problemáticos y presidirá la cúpula por encima, por lo que el aparato dispondrá de más poder de decisión. En estas elecciones, más importante que el presidente será el comité ejecutivo que se forme". Segurado, por el contrano, es un hombre que dedicaría la mayor parte de su tiempo a la organización empresarial.

Peligro de fraccionamiento

Por último, hay empresarios que opinan que la CEOE,"y probablemente casi todas las organizaciones patronales del mundo", no están en disposición de soportar una confrontación electoral abierta entre dos candidatos, por el peligro de fraccionamiento de la unidad empresarial, y entienden que se debería llegar a un arreglo interno. "Esto no es América", dicen. Estas fuentes entienden que, de consolidarse las dos candidaturas, el actual aparato de la patronal no podría ser neutral y que podrían llegar a manejarse soluciones alternativas: convocatoria de una junta general en la que se modificase el artículo 22 de los estatutos de la CEOE ("El presidente de la Confederación será elegido por la asamblea general... La duración de su mandato será de tres años, pudiendo ser reelegido por una sola vez consecutiva") para que Ferrer pudiese ser nuevamente electo; candidatura de salvación del secretario general, José María Cuevas.La primera de estas alternativas no es contemplada, a estas alturas, como muy viable, ya que Ferrer Salat es partidario de consolidar las instituciones y, una vez cumplida su misión, pasar a otra nueva relacionada con el mundo de las fundaciones o de instituciones dedicadas a la defensa ideológica de la economía de mercado. Ferrer ha dicho públicamente en varias ocasiones que su futuro no pasa por la política directa. La eventual candidatura de Cuevas, que pudiera ser presentada in extremis, tampoco parece por ahora factible.

De no cambiar todo este posicionamiento en los primeros días de septiembre, ambos candidatos comenzarán una ronda creciente de visitas a las organizaciones sectoriales y territoriales para presentar sus programas en grueso y las formaciones de cada uno como comisión ejecutiva de la patronal. Segurado tiene más camino andado en esta labor, por ser más conocido públicamente. Pérez de Bricio, un hombre con poca presencia voluntaria en la opinión pública -y que no ha hecho en ningún momento alarde de querer presentarse a la presidencia de la CEOE-, ha comenzado a adquirir protagonismo en los últimos meses a raíz de la puesta en marcha de la política de reconversión industrial del Gobierno, ya que éste es el campo que domina profesionalmente.

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