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Un año después del Mundial-82

Los futbolistas africanos emigran a Europa

Un año después de su clausura, el Mundial de fútbol de España sigue siendo un tema polémico en Argelia y Camerún, los dos participantes africanos que tan buena impresión causaron en los grupos de Asturias y Galicia, respectivamente. El dinero, al que por primera vez tuvieron acceso los jugadores de ambos países en forma de contratos fabulosos, ha creado un grave problema que las autoridades futbolísticas de ambos países están intentando remediar.En Argelia, sólo el delantero Assad recibió permiso gubernamental para abandonar el país, y se enroló en las filas del Mulhouse francés. El resto de los jugadores de elite han sido obligados a permanecer en el país.

Esta situación, que ha creado un ambiente enrarecido en la selección nacional, ha provocado la dimisión de los técnicos mundialistas Khalef y Mekhlufi. El nuevo seleccionador, Zuba, se ha encontrado con el difícil reto de reconstrucción y remotivación de una selección que ha sufrido importantes reveses, incluido un humillante 1-4 frente al modesto equipo de Uganda en las eliminatorias olímpicas.

Camerún está viviendo una crisis similar, originada por la sacudida que recibieron sus jugadores, prácticamente aficionados, durante una competición tan superprofesionalizada como el Mundial de fútbol. "Oficialmente los jugadores cameruneses somos aficionados", explicó a EL PAIS el guardameta de la selección de este país y del Español, Thomas Nkono. "En la realidad es un poco distinto, ya que recibimos primas y gozamos de algunas ventajas sociales. Pero, teniendo en cuenta la gran cantidad de espectadores que atraemos a los estadios, se puede decir que el futbolista camerunés está siendo explotado".

Milla y Mbida, que juegan en el Bastia francés, han renunciado a formar parte de la selección camerunesa en desacuerdo con las compensaciones económicas que reciben, y que consideran ridículas.

Los leones indomables (como se conoce a los jugadores de Camerún) acudieron a su primera cita de la Copa Africana desprovistos de sus estrellas profesionales. Nkono tampoco estaba, ya que la federación se negó a concederle la póliza de seguros especial que el portero españolista solicitó. Camerún perdió por 3-0 ante Mozambique, y las autoridades deportivas del país realizaron un replanteamiento de su política. En pocos días decidieron variar totalmente las compensaciones, y los profesionales vuelven al redil: Camerún ganó el partido de vuelta por 4-0, ante 120.000 espectadores.

La federación camerunesa publicó inmediatamente después una relación de las ganancias de los jugadores internacionales durante la fase clasificatoria y el Mundial. En ella, el veterano centrocampista Tokoto aparecía como el más beneficiado, con el equivalente de 3.000.000 de pesetas, aunque la mayoría recibió dos.

La disputa de un Mundial prácticamente significa siempre el beso de la muerte para esa selección. Los jugadores toman contacto con el dinero occidental y se rebelan contra las reglas de sus países, que tienen que luchar contra la emigración de sus estrellas.

Debido a polémicas, emigraciones, desavenencias económicas y medidas gubernamentales, se desmantelaron en pocos meses las selecciones de Marruecos, Zaire y Túnez, que compitieron en los mundiales de 1970, 1974 y 1978, respectivamente. Cuando las crisis de Argelia y Camerún están en su apogeo, parece muy comprensible que ningún equipo africano haya logrado clasificarse para más de un Mundial.

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