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Las críticas arbitrales de Maradona sin castigo

Las declaraciones de Maradona, en la que aseguró que "los árbitros españoles deben ser los peores del mundo", no han pasado de unas diligencias preliminares, después de que el jugador argentino desmintiera ayer, ante el Comité de Competición, las palabras que se le atribuyeron. La citación de Maradona y su posterior declaración ante el presidente del Comité de Competición tiene, por tanto, visos de ser una representación para la galería y tratarse de un simple trámite burocrático de compromiso. De sobra se sabía ya con anterioridad que Maradona iba a desmentir sus declaraciones, pese a que, durante la temporada que pasó en el fútbol español, fue de sobra conocida su reincidencia en criticar las actuaciones arbitrales.

La reincidencia de Maradona en esta clase de declaraciones y críticas se remontan a los primeros meses de la estancia del jugador en el fútbol español. Criticó en general las actuaciones de los árbitros españoles después del partido de Liga Barcelona-Zaragoza, en el que Riera Morro, ahora des cendido, permitió cierta violencia. Llegó a decir que si los árbitros permitirían esa violencia si de sus hijos se tratase. Estas declaraciones merecieron un toque de atención por parte de algún estamento federativo, pero no pasaron de ahí. Después, con motivo del partido Real Sociedad-Barcelona, Maradona criticó también con cierta dureza al colegiado madrileño Soriano Aladrén. Maradona dijo que el árbitro le había llamado "extranjero", con tono despectivo; tampoco se adoptó medida de clase alguna.La agencia Efe informó el pasado día 5, desde Buenos Aires, que Maradona, en una conferencia de prensa a la que asistieron más de 100 periodistas, declaró que "los árbitros españoles deben ser los peores del mundo. No sólo son un desastre técnicamente, sino que se sienten y actúan como protagonistas. Opinan de todo y de todos, antes y después de los partidos. En síntesis, no hay garantía de imparcialidad y serenidad". El presidente del Comité Nacional de Árbitros, José Plaza, al ver publicadas estas declaraciones, manifestó que dimitiría de su cargo sí Maradona no era expedientado y sancionado.

El Comité Nacional de Competición, transcurrido un tiempo, decidió abrir de oficio una información sobre ese asunto, que, como se ha podido comprobar, ha servido sobre todo para cubrir las apariencias y de nada ha servido la reincidencia de Maradona en sus críticas a los árbitros españoles. El jugador declaró ayer ante el Comité de Competición y, como era de esperar, desmintió las declaraciones que se le atribuyeron.

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