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La crisis, en el patio trasero

The Guardian

Al igual que las aves migratorias llegan volando todos los veranos, las autoridades americanas se han empeñado en explicar a la opinión europea los motivos y fines de la política estadounidense en América Central. Semana tras semana, vienen del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa, de la misma Casa Blanca, intranquilos por temor a que la inquieta Europa malinterprete el último matiz de una declaración presidencial. El presidente, dicen, pinta con brocha gorda. Es posible que suscitase excesiva alarma con su retórica nada más alzarse al poder, en 1981, asustando a sus aliados europeos al hablar de la presencia soviética en las junglas de América Central. Y en verdad, los europeos se asustaron, no porque hubiese algo de cierto en los inflados argumentos sobre la participación soviética (o cubana), sino porque, a lo sumo, ello no pasaba de ser un aspecto menor del desarrollo de un drama con profundas raíces indígenas. Si el presidente y su séquito no lograron entenderlo así, corrían el riesgo de que se les avecinasen problemas graves, pues la política levantada sobre un análisis defectuoso en una zona tan sensible sólo puede deparar un montón de problemas en el futuro. Ahora, el argumento de Washington ha cambiado. Lo que dicen los últimos emisarios es que Centroamérica es efectivamente un problema complejo y sofisticado, que requiere un enfoque aún más cuidadoso. La política norteamericana, se arguye, es plenamente consciente de las sutilezas de la situación. Ya nada se retrata más en blanco y negro, sólo en infinitas gradaciones de gris. Lo cual, a la postre, es un avance. El presidente se aferraba aún la semana pasada a la existencia de una "máquina de guerra soviético-cubano-nicaragüense" que lo explicase todo, pero Estados Unidos, se alega ahora, no busca una solución militar, sino política. ( ... ) Pero el tiempo se agota. La política norteamericana se halla ahora en la escalera mecánica. Poco a poco dejará de formularse en Washington y acabará quedando al capricho de un general centroamericano, según lleguen las noticias de un reciente revés militar o de un golpe inminente.

4 de julio

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