Los socialistas europeos quieren a España y Portugal en la CEE en 1984

El grupo socialista del Parlamento europeo, reunido los días 27 y 28 en Madrid con sus colegas del Congreso y del Senado español, acordaron que antes del próximo 6 de diciembre deberán estar concluidos los estudios de la reforma del sistema de financiación de la Comunidad Económica Europea y de los documentos que quedan para el ingreso de España y Portugal, que, según los parlamentarios, deberían estar dispuestas para la adhesión a partir de julio de 1984.En medios socialistas españoles se ha calificado la reunión de "muy importante", teniendo en cuenta que el grupo constituye la minoría mayoritaria del Parlamento europeo, con capacidad de influenciar a aquellos Gobiernos que, como el francés, mantienen una oposición más cualificada, por el tema agrícola, a la entrada de España en la CEE.

Los diputados y senadores socialistas españoles, que no insistieron en la reunión en la necesidad de pronunciarse por un calendario concreto y sí participaron en los debates sobre los problemas internos comunitarios que también deben ser expuestos a la opinión pública española, acogieron con agrado, sin embargo, el hecho de que los parlamentarios de Francia, Grecia, Alemania Occidental y Reino Unido, entre otros, hayan querido especificar esas fechas de finales de este año y de julio de 1984.

El belga Ernest Glinne, actual presidente del grupo socialista del Parlamento europeo, y Javier Sáenz de Cosculluela, presidente del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, encabezaron las dos delegaciones que se reunieron en Madrid el lunes y martes de esta semana. El presidente del Gobierno, Felipe González, y el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, recibieron a los miembros del Parlamento europeo.

Otro tema debatido en el encuentro ha sido el institucional, de las reformas pendientes del propio Parlamento y de la Comisión europea para reforzar sus competencias y preparar el programa electoral de cara a las elecciones comunitarias que deberán celebrarse a mediados del próximo año para el citado Parlamento. Respecto de esto último, fue bien acogida la propuesta española de adoptar la fórmula griega para el caso de que para cuando se celebren esas elecciones España no esté todavía dentro del Mercado Común, y tenga que permanecer otros cuatro años sin representación directa en el Parlamento y en la Comisión.

En este caso, parlamentarios españoles elegidos en octubre pasado serían destinados por sus partidos a ocupar los escaños europeos, abandonando el suyo nacional, y las primeras elecciones directas españolas podrían celebrarse conjuntamente con las próximas elecciones legislativas españolas en octubre de 1986.