Las Brigadas Rojas, probables autoras del asesinato del fiscal de Turín

Las primeras reivindicaciones del asesinato del procurador general de la República Bruno Caccia, en Turín, ocurrido la noche del lunes, están orientando las investigaciones hacia las Brigadas Rojas. Sin embargo, no ha sido descartada la hipótesis de que se trate de una acción a cargo del crimen organizado. En un telegrama dirigido ayer a la Magistratura, el presidente, Sandro Pertini, hizo un llamamiento a los italianos y a las fuerzas de seguridad "para que respondan con firmeza y serenidad ante este espantoso atentado contra el poder judicial, uno de los firmes pilares de nuestro orden liberal".Bruno Caccia fue asesinado cuando, sobre las 23.30 horas del lunes, se encontraba solo paseando a su perro -cosa que hacía habitualmente- en un barrio residencial de Turín. Desde un coche Fiat 138, dos desconocidos dispararon contra él y, una vez abatido, fue rematado por uno de los agresores con tres balazos en la cabeza. Murió cuando era trasladado al hospital.

El procurador general de Turín, de 64 años de edad, había decidido retirarse del servicio activo a finales del presente año. Tenía fama de hombre severo y fue quien en 1976 procesó a los dirigentes históricos de las Brigadas Rojas, empezando por Renato Curcio.

Este hecho y las llamadas telefónicas anónimas recibidas en varios periódicos de Turín y Roma reivindicando la autoría del atentado para las Brigadas Rojas están orientando las investigaciones en este sentido, aunque esta organización había quedado prácticamente desmantelada en la región turinesa.

No obstante, Caccia llevaba también la investigación relativa a varios escándalos financieros, colaboraba asimismo en el seguimiento del petróleo, en el que dos de los implicados se encuentran encarcelados en España (Lo Prete, en Barcelona, y Musselli, en Canarias), y de tráfico de drogas. Recientemente había elaborado un informe sobre las actividades de la Mafia fuera de su principal centro de operaciones, el Sur. Por esta causa no puede dejarse de lado la posibilidad de que se trate de un atentado -el primero que en Turín ha costado la vida a un magistrado- protagonizado por el crimen organizado. Todas las fuerzas políticas y sociales han reaccionado con duras condenas.