La reconversión industrial corre el riesgo de convertirse en un proceso de nacionalización encubierta, según la CEOE

Carlos Ferrer Salat, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), manifestó ayer que el plan de reconversión industrial presentado por el Ministerio de Industria y Energía corre el riesgo de convertirse en un proceso de nacionalización encubierta de la industria española. "No porque haya necesidad de reconvertir hay que modificar la propiedad o la gestión de las empresas", declaró el máximo representante de los empresarios en una reunión con la Prensa. Por su parte Carlos Pérez de Bricio, presidente de Confemetal y Unesid presente en la reunión señaló que la instalación de un nuevo TBC en un futuro a medio plazo debía realizarse en la zona de Levante por razones logístícas.A la citada reunión, calificada de informal por la propia organización empresarial, asistió, sin embargo, la plana mayor de la CEOE, incluidos José María Cuevas, secretario general, y José Luis Cerón, presidente de la comisión de economía de la CEOE. Aunque los representantes empresariales opinaron sin grandes reparos sobre el proyecto gubernamental de reconversión, sus palabras quedaron matizadas por el reconocimiento explícito, casi una queja, sobre la carencia de la patronal de información directa.

Ferrer Salat centró su crítica sobre el plan gubernamental en el mecanismo comtemplado para proceder a la reconversión más que en argumentos sobre la concepción filosófica de la reconversión. "El Gobierno está introduciendo nuevas fórmulas jurídicas en la práctica general de nacionalizar. De la nacionalización por error hemos pasado a las nacionalizaciones burocráticas", dijo el presidente de la CEOE.

En una línea muy similar se expresó Pérez de Bricio, presidente de Confemetal y Unesid, quien señaló que el plan de reconversíón del Gobierno parece dominado por la urgencia de actuar urgentemente sobre los sectores de la siderurgia integral y de construcción naval. "La reconversión tiene que ser algo más que la siderurgia y la construcción naval", dijo.

Mucho más decididas fueron las críticas que el representante de la organización empresarial refirió al mecanismo contemplado en el Libro Blanco de reindustrializ ación para gestionar los procesos de reconversión en las empresas. Pérez de Bricio acusó al Gobierno de montar "mecanismos de intervención que parecen de hecho sistemas de nacionalizción temporal".

Oposición al coericiente de inversión

Tanto Pérez de Bricio como Ferrer Salat mostaron su oposición al sistema de financiación que contempla el Libro Blanco. Tras alertar sobre el hecho de que su información escrita sobre el documento hace referencia aún a la versión que introducía "un banco nuevo, la Sociedad Financiera para la Reconversión Industrial", dentro del esquema de financiación de los planes de reindustrialización, la patronal mostró su oposición a la creación de un coeficiente de capital riesgo que financie los procesos industriales de reconversión."Es evidente que este tema está todavía sujello a una fase de negociación entre el propio Gobierno y de éste con la banca. Pero nosotros no podemos estar de acuerdo con la introducción de más coeficientes que fuercen a la banca a invertir donde ellos no deseen", dijo Ferrer Salat. El presidente de la patronal advirtió sobre el riesgo que existe de que el Gobierno no instrumente un sistema lógico para que la banca privada pueda acudir a financiar las empresas. "Si la banca privada no acude en apoyo de aquellas empresas necesitadas de financiación, caeremos otra vez en manos del Estado, y nuevamente entraremos en un proceso de nacionalización", dijo.

A una pregunta Pérez de Bricio defendió la idea, no contemplada específicamente en el Libro Blanco, de que es necesario, a medio plazo, la construcción de un nuevo tren de bandas en caliente (TBC).