Un recluso muerto y otro herido, resultado de nuevos incidentes en la cárcel de Carabanchel

Un recluso de la prisión de Carabanchel, Roberto Candelas, falleció en la tarde del sábado por herida de arma blanca minutos antes de que, en otra galería del centro penitenciario, se produjera un nuevo secuestro de funcionarios, entre ellos los jefes de centro y de servicios. Durante la retención, tercera de las que se han producido en los últimos ocho días, uno de los amotinados, Santos Torres, resultó herido de bala cuando, según fuentes penitenciarias, intentaba hacer frente a dos policías, armado con una barra. El interno fallecido el sábado es el undécimo que muere en circunstancias violentas o anormales desde enero de 1982. Nueve reclusos fueron trasladados ayer a la prisión de alta seguridad de Herrera de la Mancha, y por la tarde se registraba normalidad en Carabanchel.

La cárcel de Carabanchel volvió a ser el sábado escenario de nuevos incidentes violentos, cuatro días después del último secuestro de funcionarios. Según los datos obtenidos, en esta ocasión se registraron dos incidentes, aparentemente sin relación entre sí aunque se produjeron casi al mismo tiempo.Sobre las 18.30 horas de la tarde, Roberto Candelas, preso preventivo que se encontraba internado en la tercera galería, fue herido, cuando se dirigía a arbitrar un partido de fútbol entre los presos de su galería y los de la séptima, por otro recluso. Según parece, el presunto agresor, identificado posteriormente como Feliciano Menéndez, le clavó al árbitro un pincho, barra de hierro con un extremo puntiagudo, en el hemitórax izquierdo. Trasladado urgentemente primero al Hospital General Penitenciario y después al Hospital Provincial, falleció sobre las 19.15 horas.

Aunque no se han podido confirmar los motivos de la agresión, parece que se debió a antiguas diferencias. El presunto homicida fue puesto inmediatamente a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 3, de guardia el sábado, quien se trasladó a la prisión. Según parece, el fallecido tenía en su poder otro pincho, que entregó a un compañero cuando era asistido.

Retención de funcionarios

Paralelamente, en el departamento celular, donde se encontraban algunos de los implicados en los últimos secuestros de funcionarios que ocurrieron los pasados días 6 y 7, dos reclusos armados con pinchos retuvieron a tres funcionarios. El número de secuestrados se incrementó a lo largo de la tarde. Los amotinados, cuyo número fue también en aumento, se hicieron con un nuevo funcionario, y también retuvieron a los jefes de centro y de servicio que habían acudido al departamento con objeto de comprobar la situación. Según la versión facilitada por funcionarios de la prisión, pronto el motín era encabezado por una decena de presos. Los reclusos solicitaban la presencia de distintas autoridades y amenazaron gravemente a los funcionarios, a quienes habían encerrado en una celda, exigiendo que no se presentara la Policía. Los jefes de centro y de servicio fueron puestos después en libertad para que gestionaran la presencia de las autoridades.

La situación de secuestro se mantuvo hasta cerca de las 2.30 de ayer domingo, hora en que los últimos reclusos amotinados depusieron su actitud tras ocho horas en las que retuvieron a los funcionarios. Momentos antes había entrado la Policía Nacional y se había iniciado una conversación, para intentar convencer a los presos, que terminó con la liberación de los funcionarios retenidos.

En circunstancias no aclaradas, y mientras se desarrollaba la conversación, uno de los presos que había salido del departamento celular se abalanzó inesperadamente ,sobre dos policías. Uno de ellos disparó, y el preso, Santos Torres, sufrió una herida de bala que le atravesó el tórax. Fue atendido en el Hospital Provincial sobre las 0.45 horas de la madrugada.

En la mañana de ayer, nueve de los reclusos que se encontraban en el departamento celular fueron trasladados a la prisión de alta seguridad de Herrera de la Mancha.