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Se esperan pocas sorpresas en los resultados de las elecciones marroquíes

Desde ayer por la mañana hasta las seis de la tarde, los colegios electorales marroquíes estuvieron abiertos para que los ciudadanos, cada vez menos entusiasmados por los procesos electorales, acudieran a depositar sus papeletas, que deben servir para elegir a los 15.480 consejeros de las comunas rurales, urbanas y centros autónomos, que constituyen la base de la Administración civil marroquí. Se espera que los resultados se conozcan hoy y que no aporten grandes sorpresas.Un total de 7.170.000 electores en edad de votar, de los cuales algunos partidos creen que no acudirán a las urnas más del 25%, votan por cuarta vez en la historia de Marruecos; es decir, cuatro veces en los últimos 27 años. Los partidos marroquíes sólo consideran como auténticamente libres y no manipuladas las elecciones de 1960, en las cuales el Movimiento Nacional, que en aquel entonces estaba integrado en el partido Istiqlal, obtuvo mayoría.

A estas elecciones se presentan 14 partidos. De ellos, y entre los cinco más importantes, cuatro oficialistas y pro gubernamentales, y la Unión Socialista de Fuerzas Populares, concurren en una gran desigualdad. Los socialistas sólo disponen de un órgano de expresión desde hace unos días; han sido objeto, según afirman, de numerosos impedimentos en varias regiones del país -como en el Rif, por ejemplo, donde no pudieron presentarse sus candidatos- y participan, según declaraba -el secretario general, Abderrahim Buabid, "sin ilusión, pero para demostrar que nosotros estamos por el juego democrático".

La mayoría de los partidos oficialistas ha tomado las elecciones un tanto folclóricamente, y en algunas regiones sus candidatos han distribuido azúcar, té y harina a una población cada vez más agobiada por los problemas económicos, a cambio del voto. Cada candidato ha ofrecido algo a sus votantes. Un propietario de tintorerías ha admitido lavar gratis la ropa de sus electores; otro, tendero, ha condonado determinadas deudas. Hubo también un cierto tráfico ilegal de tarjetas de voto, y, en su edición de ayer, el diario comunista Al Bayane informaba que uno de los militantes sorprendió a un ciudadano con 18 papeletas de voto en el bolsillo.

En cualquier caso, estas elecciones no parece que sean objeto de ninguna presión ni manipulación especial, como los partidos habían denunciado que ocurrió otras veces. La única particularidad es que esta vez no existen comisiones para control del voto integradas por miembros de todos los partidos, como en otras ocasiones, y el recuento de las papeletas y la proclamación de los resultados es responsabilidad exclusiva de la Administración.

El partido Istiqlal; el nuevo partido del primer ministro Maati Buabid, Unión Constitucional; los Independientes y los Nacionales Demócratas se espera que obtengan el grueso de los votos, seguidos de lejos de la Unión Socialista de Fuerzas Populares. Se trata de unos resultados que pueden aportar pocas sorpresas ya que, en cualquier caso, los programas electorales presentados por cada partido no son más que testimoniales.

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