El excelente partido de Higueras no pudo impedir la final Wilander-Noah
El calor, la lesión en su codo, la fatiga del partido con el argentino Vilas y la juventud y potencia, tanto física como mental, de su rival Mats Wilander, impidieron al español José Higueras superar la barrera de las semifinales del torneo de Roland Garros. Pese a su extraordinario juego, en los dos primeros sets, Higueras perdió, por segundo año consecutivo, la posibilidad de acceder a la final del torneo parisino. Esta vez, al español cayó ante el tenista sueco, ya poseedor del título parisino, por 7-5, 6-7 (7-4), 6-3 y 6-1 en un partido que duró tres horas y 43 minutos.
Wilander tendrá como rival en la final de mañana al francés Yannick Noah, que tuvo un fácil partido de semifinales frente a su compatriota Christophe Roger-Vasselin, al que venció por 6-3, 6-0 y 6-0. Roger-Vasselin justificó su bajo rendimiento "porque en estos dos días, tras la victoria sobre Connors, no he tenido ni un momento para pensar en mí porque la prensa me ha acosado sin cesar". Hoy se juega la final femenina entre la yugoslava Mima Jausovec y la estadounidense Chris Evert-Lloyd.Wilander, después de su triunfo, no pudo eludir la ironía: "Ojala hubiera tenido yo un partido tan fácil como el de Noah". Higueras le puso las cosas muy difíciles al actual campeón de Roland Garros. Sobre todo en los dos primeros sets, en los que el español bordó su mejor juego calculador, técnico, perfecto. En el partido de cuartos de final frente a Vilas el público abandonó las gradas poco a poco. Ayer nadie se fue. Existe una importante diferencia entre el juego de Wilander o Higueras y el de Vilas. El argentino se limita a devolver la bola. Hace un juego defensivo. Higueras y Wilander hacen puntos ganadores desde el fondo de la pista. Arriesgan. Fuerzan al máximo a su rival. Calculan las jugadas ganadoras con varios golpes de antelación. El público disfrutó con el juego de Wilander e Higueras que jugaron, sin dudas, el mejor partido hasta ahora del torneo.
Pero para ganar a Wilander además de paciencia, constancia, clase, concentración y fuerza, hay que tener un poco de suerte. Y eso fue lo que le faltó a Higueras en el primer y tercer set. El español perdió su servicio con 6-5 en el marcador, dando así a Wilander el primer set, en el que Higueras había conseguido martirizarle con cambios constantes de golpes, con dejadas, y con pelotas muy abiertas que obligaban al sueco a salir fuera de la pista.
En el segundo set Higueras volvió a desarrollar el mejor juego. Y esta vez, tras salvar dos set-balls, logró anotarse: la manga en la muerte súbita. Fue en el inicio del tercer set donde estuvo la clave de la victoria de Wilander. Higueras comentó luego: "Noté cansado a Wilander en ese momento. Vi que era mi ocasión, -pero no supe aprovecharla". El sueco refrendaría la opinión de Higueras: "Estaba agotado, pero José no jugó bien esos primeros puntos y yo me repuse". El sueco se reafirmó sobre la pista. Su juego largo, tan diferente de las bolas a media pista de Vilas -totalmente defensivas- fue agotando por momentos a un Higueras que desde el principio no se atrevía a rematar las bolas altas, por miedo a que su codo lesionado acabara de estropearse.
Hubo una ligera recuperación del español que, con 5-1 en el tercer set, ganó dos juegos consecutivos, pero era un espejismo en la tierra roja de la cancha central de Roland Garros. Wilander con 18 años, seguía fresco Higueras, con 31, estaba cansado. El sueco siguió atacando y, subió a la red para rematar las últimas jugadas. Veía el triunfo muy cerca. Así, Higueras cedió siete juegos consecutivos y su ilusión por llegar a la final.
El número uno del tenis español, que sigue realizando sus mejores partidos lejos de su país, estaba muy tranquilo tras el partido. Sabía que había hecho todo lo posible por ganar. "Ahora me voy a ir a descansar a Barcelona", dijo sonriendo. "Me voy a ir a la playa, y pienso ver los partidos de Wimbledon con una botella de cerveza, sentado ante el televisor de mi casa. Creo que de esta forma curaré mi lesión en el codo de una vez por todas".
Higueras estaba cansado, muy cansado: "He corrido mucho. Hacía mucho calor y, además, durante la mayor parte del partido no he podido utilizar toda la fuerza de mi brazo porque al levantarlo me hacía daño".
La final enfrentará a Wilander el campeón del año pasado, con Yannick Noah, el favorito del público francés. Por primera vez desde 1972, existe la posibilidad de que un francés gane el torneo de Roland Garros. La última victoria francesa la consiguió Marcel Bernard en 1916. Estos son, junto a Higueras, los mejores jugadores del mundo sobre tierra batida. Wilander ocuría la primera plaza en el Grand Prix, Noah la segunda e Higueras la tercera tras la temporada sobre tierra batida europea, que no se reanudará hasta octubre. Wilander, del que Higueras dijo ayer que "es un gran profesional" y "necesitamos jugadores como él en el tenis actual", parece más seguro que la pasada temporada: "No tengo que probar nada a nadie. Sólo juego para divertirme. Si juego bien, ya estoy contento". Wilander ya no es el jugador tímido del año pasado. Ahora estudia a los periodistas que le preguntan, y les responde son sutil ironía. Ayer, una vez más, surgió la comparación con Borg. "¿Señor Wilander, no está usted cansado de que le comparen con Borg?" Wilander miró al periodista, un inglés, le sonrió y le dijo: "Creo que las cosas ya van por el buen camino pues usted es el primero que saca a relucir a Borg desde que comenzó este torneo?"
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