Normalidad en la ENA de Salamanca tras la marcha de 50 profesores militares

La jornada de ayer en la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA) de Salamanca, transcurrió con la normalidad que permitía el hecho de que una tercera parte del personal, más de cincuenta militares, que presta su servicio en el centro, no hubiera acudido a sus puestos tras su marcha del viernes. Los alumnos que tenían clase acudieron a la escuela, los profesores civiles impartieron sus clases, los aviones volaron y comenzaron, como estaban programadas, las primeras pruebas de vuelo de alumnos no oficiales. Celestino Delgado, subdirector general de control de transporte aéreo, que asumió el viernes de forma provisional la dirección de la escuela, llegó a primeras horas de la tarde, pero se negó a hacer declaraciones. El pasado viernes, el teniente coronel Luis González, director en funciones, de la ENA, comunicó a los alumnos, personal militar y personal civil del centro, que había recibido, a través de un télex de la Dirección General de Aviación Civil, su destitución.

Según las opiniones recogidas por EL PAIS ayer en la ENA, un importante número de los militares que abandonaron su destino el pasado viernes, podían no estar de acuerdo personalmente con la orden recibida de su superior. Sin embargo, todos la acataron y ninguna de las personas consultadas advirtió alguna manifestación contraria porque "son militares y deben obedecer a sus superiores. La ENA fue concebida desde su creación en 1974 como una escuela civil de formación de pilotos comerciales, aunque se admitía que transitoriamente la dirección debía estar a cargo de personal militar cualificado. Esta es la razón de que la mayor parte de las personas consultadas en la escuela apoyen el trayecto de la actual dirección general de Aviación Civil, empeñada desde hace meses en controlar y potenciar la escuela dirigida desde que comenzó a funcionar por jefes militares.