El lunes próximo, fecha tope para concretar la gestión de Banca Catalana

El próximo lunes volverán a reunirse los presidentes de los siete grandes bancos en un nuevo almuerzo para estudiar las contestaciones definitivas que se han hecho a instituciones y personas concretas para que se hagan cargo de la gestión de Banca Catalana. Aunque las informaciones que se han filtrado señalan que se mantiene un cierto estancamiento en el estudio de las decisiones a tomar, todo indica que el lunes próximo sería la fecha tope impuesta por las partes para encontrar una solucion global.

Los presidentes de los siete grandes bancos y el de la patronal bancaria celebraron ayer un nuevo almuerzo, al que invitaron por primera vez a Francisco Fernández Ordóñez como presidente del Banco Exterior, para tratar de llegar a acuerdos concretos sobre el futuro de la gestión de Banca Catalana y en la designación de los nuevos responsables del grupo. Durante este almuerzo no se adoptó una posición común sobre las dos propuestas actuales y se decidió esperar a las contestaciones de los próximos días.

Posiciones encontradas

A la propuesta apoyada por un sector de los siete grandes en el sentido de que el consejo de administración debería estar integrado por representantes cualificados de cada uno de los bancos compradores y que Catalana debería redimensionar su actividad, se sigue oponiendo otra vía que trataría de conseguir una gestión para Catalana independiente de los nuevos dueños. Si se aceptara la primera propuesta en algunos bancos, ya se tiene pensado su representante en el consejo de administración.Dentro de la llamada "solución institucional", se apunta que hace días se propuso que fuera el Banco Popular quien gestionara Catalana, dadas las innegables raíces catalanas; una propuesta similar se habría hecho al Banco de Sabadell. En un tercer lugar se podría considerar que el Banco de Vizcaya aportara el equipo humano necesario con el que hacer frente a una primera etapa en la gestión de Catalana, que culminaría al cabo de tres o cuatro ejercicios.

Algunos bancos que propugnan esta solución se inclinarían por conseguir que el Banco Popular, cuya gestión es calificada como buena y que no ha comprado ningún banco en crisis, fuera el encargado de llevar adelante el reflotamiento de Catalana. El hecho de que Luis Valls, presidente del Popular, sea catalán y que hayan estudiado las posibilidades de presentarse a la subasta del Banco de Crédito e Inversiones y se plantearan competir para adquirir el Banco de Barcelona, habría podido servir como argumento para presionar al Popular a gestionar el banco catalán.

Empieza a cundir la impresión de que el Banco de España podría presionar ante los bancos para que se decidieran por alguna de las soluciones estudiadas, garantizando siempre la permanencia de Banca Catalana como institución, y siendo menos estricto en la composición futura del accionariado propietario del grupo.