Cunde el desánimo

El Real Madrid atraviesa una de las peores crisis de su historia. Quizá nunca como ahora se había producido una situación tan tensa entre la plantilla, y probablemente nunca el desánimo había sido mayor. Hay en el vestuario un ambiente de tragedia griega. La final de Gotemburgo ha abierto heridas que difícilmente podrá restañar Di Stéfano.Entre los jugadores del Madrid, en otras épocas, hubo capillitas como en cualquier otro club, pero siempre quedó todo en simples pleitos de familia. El Madrid tenía una estructura organizativa que le permitía resolver las querellas sin que trascendieran. Aquellas frases de Stielike y Bonet en Suecia hubieran sido impensables en otros tiempos. Juanito se ha quedado solo en el fragor de la batalla. Entre sus compañeros, quienes no están contra él, lo más que hacen en su favor es abstenerse.

Esas peleas han tenido complicaciones posteriores, porque Bonet no supo comportarse en Malta y por tanto no puede gallear delante de Juanito. A Juan José le ha dejado Muñoz en casa y también anda con la bandera a media asta. El Real Madrid espera la final contra el Barça con sentimiento previo de derrota. Un equipo derrotado en tres frentes y con 15 hombres con la renovación de contrato pendiente es un funeral. Nunca el Madrid había velado armas convencido de que iba a ser manteado.