El Barcelona remató en Atocha su pase a la final
Las Vulpes, sin quererlo, le echaron una mano anoche al Barça. Górriz, un chaval joven, dinámico y agresivo, lanzó dos gritos punkeros al aire y García de Loza, un gallego fino y -religioso, expulsó al chavalito que, hasta aquel instante -minuto 25-, había anulado a Maradona. Después de una espectacular entrada -dura, no violenta y llamativa por la teatralidad del argentino-, García de Loza sancionó la falta y Górriz exclamó "me cago en Dios". El juez le enseñó la tarjeta amarilla y el punk vasco gritó "me cago en la puta". Roja y a la ducha. Schuster, a quien también le va la marcha, aplaudió la escena y vio también la cartulina leve.García de Loza, que estuvo descaradamente favorable hacia los visitantes, le echó una mano al Barça que, después del gran partido del Camp Nou, vino a Atocha a conservar la ventaja y acabó dominando a placer a los bicampeones.
La verdad es que el partido de ayer fue hermoso, entretenido y espectacular. Hermoso porque Atocha se vistió con sus mejores galas. La tarde-noche fue veraniega (la primera parte se jugó con sol). Los graderíos estuvieron llenos de color y música, y el público, pese a su enfado contra el colegiado, estuvo siempre correcto. Entretenido porque ambos conjuntos pusieron alma, corazón y vida en la contienda. La Real, con más voluntad que acierto, con más fuerza que clase, y el Barça, con organización, paciencia y oportunismo. Y espectacular porque hubo jugadas para todos los gustos e instantes de buen fútbol.
Los primeros 25 minutos, hasta la expulsión de Górriz, se convirtieron en el típico tanteo, en el que los dos cuadros se estudiaban, aunque la Real, animada por su público, intentó conseguir el gol que canalizara sus sueños, en el primer cuarto de hora. Pero, tras la expulsión de Górriz, Atocha se convirtió en un sonoro grito pidiendo justicia.
La segunda parte tuvo 15 minutos de locura. Nada más empezar, Arconada realizó una gran intervención tirándose a los pies de Maradona.
A los 56, la jugada más bonita del partido, el gol de Uralde, tras internada de Celayeta. Y segundos después, el oportuno disparo de Marcos junto a la cepa derecha de don Luis. Todo el estadio se dio cuenta (de que la Real acababa de perder su gran ocasión. Luego, Maradona sentenció el partido con su golito. Arconada acabó el partido parándolo todo.
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