La 'corriente carrillista' se consolida en el seno del PCE

La corriente carrillista se consolida en el seno del PCE, a juzgar por el resultado de las votaciones celebradas ayer por el Comité Central del Partido Comunista de España para aprobar el informe del secretario general, Gerardo Iglesias, y la resolución sobre pactos municipales. El informe leído por Iglesias el pasado martes ante el pleno del comité central, en el que se registró la significativa ausencia de Santiago Carrillo, fue ayer aprobado por 48 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones.La mayor parte de los votos en contra y las abstenciones pertenecen a miembros de lo que ya comienza a llamarse corriente carrillista. El vicesecretario general Jaime Ballesteros, considerado uno de los más firmes partidarios de las posiciones de Carrillo, también se encontraba ausente a la hora de las votaciones por haber tenido que emprender un viaje al Sáhara.

Tanto Carrillo como Ballesteros o Adolfo Piñedo se abstuvieron de aprobar el informe de Gerardo Iglesias cuando éste lo leyó el pasado lunes ante el comité ejecutivo. Ayer, Piñedo llegó a presentar una resolución alternativa a la oficial, sobre pactos municipales, insistiendo en la valoración negativa del hecho de que el PSOE no admita un acto general municipal con los comunistas. Esta alternativa fue derrotada por 44 votos a favor, 17 en contra y 2 abstenciones.

En la resolución oficial del comité central sobre los pactos municipales se insiste en que "la opción más progresista posible para defender lo conseguido en estos cuatro años, en orden a avanzar hacia una Administración municipal más descentralizada y participativa, es mantener con carácter general la colaboración en las tareas de gobierno de socialistas y comunistas". Sin embargo, tras lamentar la actitud de la dirección del PSOE en el sentido de no propiciar acuerdos de carácter general, no se cierra la puerta a la posibilidad de acuerdos concretos en determinados municipios.

Los principales puntos de discrepancia suscitados ante el informe de Gerardo Iglesias al comité central se centran precisamente en que los disidentes se muestran más reticentes ante los acuerdos puntuales con el PSOE y en la valoración más crítica que hacen estos últimos de la labor del Gobierno socialista. Sin embargo, el mayor punto de controversia entre los seguidores de Iglesias y los llamados carrillistas parece encontrarse en los intentos de recuperar a quienes abandonaron el PCE o fueron expulsados del partido por Carrillo, quien se opone tajantemente al regreso de numerosos ex militantes. Este tema, más que otras cuestiones ideológicas, podría llegar a ser uno de los principales temas de fricción interna de cara a la preparación del XI Congreso del PCE, a celebrar probablemente en noviembre.