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Roca anuncia el lanzamiento de una nueva coalición política

El dirigente nacionalista catalán Miquel Roca dio ayer el primer paso hacia una posible reconstrucción del centro político español, tras la experiencia electoral del 8 de mayo, al dar a conocer el lanzamiento de una nueva coalición aún sin nombre. La coalición, todavía un mero proyecto, estaría formada por un nuevo partido con pretensiones de Implantación española (que incorporaría el nombre de reformista), Por Convèrgencia i Unió en Cataluña y por el PNV en Euskadi si concluyen con éxito las negociaciones ya iniciadas entre Roca y Xabier Arzallus.

El Partido Demócrata Liberal, de Antonio Garrigues, puede haber llegado al compromiso de disolverse como tal para formar parte del Partido Reformista. El ex vicepresidente económico en el último Gobierno de UCD, Juan Antonio García Díez, y los ex ministros ucedistas Carlos Bustelo (quien presidió el INI hasta hace pocos meses) y Federico Mayor Zaragoza también habrían decidido dar el paso hacia su incorporación a esta operación reformista.

Otro personaje centrista que estaría pensando en unirse en los próximos meses a este intento, si bien con unas señas de identidad propias -para lo que está redactando un manifiesto ideológico-, es el ex ministro del Interior Juan José Rosón.

Roca dijo ayer que en breve iniciará conversaciones con los dirigentes de algunos partidos nacionalistas de carácter centrista, como el de Jerónimo Albertí, en Baleares; Coalición Gallega, o Convergencia Canaria, de Gregorío Toledo, todos los cuales obtuvieron resultados satisfactorios en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. El deseo de Roca y de otros mentores de este proyecto sería integrar al partido de Adolfo Suárez, Centro Democrático y Social, dentro de esta oferta electoral. Ayer, unas horas antes de efectuar el lanzamiento de la operación a los medios informativos, Roca mantuvo una conversación con Suárez, quien, según medios fiables, no se habría cerrado por completo a una eventual integración, aunque tampoco la acepta en principio.

Suárez declaró recientemente a este periódico su firme propósito de continuar luchando en solitario, entre otras razones por su temor a que la llamada operación Roca vuelva a cristalizar en una nueva UCD verdadera pesadilla para el ex presidente del Gobierno. También alegó Suárez que no acababa de ver con claridad la viabilidad de "un proyecto en el que conviven pequeños líderes regionales; lo lógico es que cada uno de ellos intente favorecer a su propia región, por lo que tengo mis reservas sobre la manera en que eso podría articularse armoniosamente a nivel estatal". En cualquier caso, lo previsible es que tanto Roca como Suárez se disputen el mismo espacio político.

Los retales de UCD

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El proyecto de Roca tendría como núcleo central el Partido Reformista, que integraría al PDL y a las opciones regionales antes citadas más las candidaturas independientes de Almería (cuyo gestor local fue Ramón Ponce), la murciana de Caravaca de la Cruz y, a me" dio plazo, la mayor parte de las candidaturas independientes formadas por dirigentes locales procedentes de la desaparecida UCD y que han obtenido alcaldías, concejalías y diputados regionales.

En un segundo estadio, el Partido Reformista formaría una coalición con Convergència y Unió y, en su caso, con el PNV, algo que es aceptado en principio por Arzallus y rechazado por Garaikoetxea. Roca, que se mantendría en la militancia de CiU, pasaría a ser una especie de presidente o secretario general de toda la coalición. El Partido Reformista tendría un carácter federal, pese a ser un partido único, para evitar que se repitiese el fenómeno UCD, cuyas tensiones se acrecentaron al limitar la autonomía interna de las diferentes corrientes ideológicas que la integraban y, por otro lado, para suprimir la figura del diputado cunero.

Según Roca, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, "está totalmente de acuerdo con el proyecto", que, entre otras ventajas, presentaría la de facilitar el que los inmigrantes votasen una opción como CiU al tener este partido una proyección estatal.

Roca se mostró irritado con la información ofrecida por el ministro del Interior y por otros medios oficiales acerca de los resultados electorales, presentados inicialmente como una pérdida de votos para Convergéncia i Unió. De acuerdo con las cifras distribuidas por el dirigente de la Minoría Catalana, su partido creció 0,6 puntos respecto a octubre de 1982, en términos nacionales, y en un 3% a nivel de Cataluña.

Según Roca, la opción reformista debería estar a punto para concurrir con éxito en las elecciones legislativas de 1986, aunque los primeros pasos definitivos deberían estar dados antes de 1984.

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