Religiosos, escritores y humoristas realizan un homenaje al cardenal Tarancón en su despedida
Con el título Cuando un amigo se va, el semanario Vida Nueva dedica un número especial al cardenal Vicente Enrique y Tarancón como homenaje y con motivo de su despedida de la archidiócesis de Madrid, que tendrá lugar el próximo domingo, 15 de mayo, festividad de san Isidro.
Este número, que recoge numerosos artículos sobre la figura del cardenal Tarancón, se completa con viñetas originales de los humoristas Forges, Mingote, Peridis, Máximo, Ramón, Martinmorales, Quique y Cortés, que se mostraron totalmente dispuestos, según señala la revista, a colaborar en este homenaje. Entre las firmas que escriben sobre Tarancón destacan José María Martín Patino, José Luis Martín Descalzo, Manuel de Unciti , Agustín García Gasco, monseñor Iniesta, Antonio Buero Vallejo, José Oneto y el propio cardenal, que colabora con un texto manuscrito, en el que señala que inicia una nueva etapa de su vida."Este hombre manso", escribe su estrecho colaborador y amigo Martín Patino, provicario de la archidiócesis de Madrid, "no soporta fácilmente la falsedad. Rehúye los formalismos y suele decir que no entiende nada de diplomacias. Es incapaz de asociarse a cualquier intriga. En las innumerables reuniones en las que ha tenido que participar buscó siempre el consenso y la concordia. Si algún colaborador suyo no es transparente con él, disimula mal su desagrado. Sólo le he visto tenso y hasta sacar genio con personas que no observan una conducta clara en sus relaciones con él". Martín Descalzo revela el dato, hasta ahora desconocido, de que en las elecciones para presidente de la Conferencia Episcopal de 1969 Tarancón obtuvo 35 votos, frente a monseñor Morcillo, que alcanzó los 40.
El obispo auxiliar de Madrid, Alberto Iniesta, traza en este número especial de Vida Nueva la línea de pensamiento del cardenal y afirma entre otras cosas: "Tarancón es también optimista ante la historia, y no sólo en general, sino en aquella concreta que vivimos... Frente a las tentaciones confesionales de un catolicismo anclado tradicionalmente en la derecha política, reconoce abiertamente los valores cristianos de un proyecto socialista".
El dramaturgo Antonio Buero Vallejo aborda la dimensión de académico de la lengua de Tarancón y cuenta sus experiencias con el cardenal como miembro de la misma comisión. "El académico que es don Vicente", escribe, "no ha acopiado este título como otro honor público con que adornarse, sino como otro trabajo a que atender... Con modestia no afectada recibe encargos lexicográficos, nos trae sus papeletas, resuelve las dudas cuya aclaración más directamente le compete..., no vacila en aclarar llanamente que de aquello él no está muy enterado... Es un amigo".
Nuevo estilo de la Iglesia
"Creo", dice por su parte el historiador Juan María Laboa, que se puede decir con toda verdad que el cardenal Tarancón ha sido el instrumento providencial que ha hecho posible la nueva actitud, el nuevo talante, la nueva sensibilidad, en una palabra, el nuevo estilo de la Iglesia de la sociedad contemporánea y su aceptación por ésta". Laboa pide que el Rey conceda al cardenal Tarancón el Toisón de Oro.Por último, José Oneto, director de Cambio 16, analiza la vertiente política de la actuación del cardenal. "Locuaz, educado, culto, atractivo, el cardenal Tarancón ha sabido, con su talante digamos liberal, restablecer un equilibrio en la vida política española, tender un puente de entendimiento con fuerzas que hace tan sólo medio siglo consideraban a la Iglesia, en cuanto institución, enemiga de la democracia. El sello de moderación que su presencia prolongada impuso a la Conferencia Episcopal Española, ha sido decisivo... El cardenal no sólo consiguió ganarse un respeto personal. Consiguió además que el respeto cayera sobre la institución que representaba".
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