Balance positivo y de esperanza

La pasada semana bursátil ofreció. a su cierre un balance claramente positivo, con los principales sectores en los que tradicionalmente se divide el mercado apuntándose ganancias de diversa consideración, y llegándose a la conclusión de las negociaciones el pasado viernes dentro de un ambiente marcado por el optimismo y la esperanza en las posibilidades del ciclo que se inicia el próximo martes.Tres razones marcaron fundamentalmente esta trayectoria; por una parte, el acuerdo al que han llegado las principales empresas privadas del sector eléctrico y la Administración, que de alguna forma viene a despejar varias de las más importantes incógnitas que se cernían sobre el futuro de este sector. En segundo lugar, la extensión de este ambiente más favorable que registraban las acciones bancarias, sobre las que cedían de forma considerable la presión de las ventas, lo que permitía a sus cuidadores retomar un cierto nivel de protagonismo y contribuir a generar alzas discretas; por último, y no menos importante, ha sido la impresionante carrera alcista de Telefónica, que conseguía presentar una diferencia positiva a lo largo de las cuatro sesiones de siete puntos en el mercado madrileño, para lo que contó prácticamente en todas las ocasiones con la presencia de un nutrido grupo de órdenes compradoras, que únicamente mostraron un cierto nivel de prevención el pasado viernes, cuando el precio de las acciones de esta compañía superó el nivel del 80% el pasado viernes, aunque rápidamente se generaron nuevas órdenes compradoras.

Las previsiones y especulaciones para la evolución del mercado bursátil a lo largo de la próxima semana que se establecían en círculos especializados el pasado viernes apuntaban la convicción, rayana en la certeza, de que los mercados de acciones tienen aún un cierto margen de recorrido positivo por cumplir.

En estos mismo medios se estima que las eléctricas aún no han cotizado en su totalidad los efectos, favorables en general para ellas, del acuerdo Administración-empresas, a la vez que se señala, el hecho de que Telefónica, junto con algunos valores del sector petrolífero, parecen tener garantizada la continuidad de unas órdenes de compra que superaran ampliamente a las ventas.

Con todo ello se compone una previsión para las próximas sesiones bastante favorable, aunque también se reconocen los peligros de los que puede ser objeto una subida casi desbocada de los precios de las acciones que normalmente se cotizan en nuestras Bolsas. Los inversores, que desde hace cierto tiempo no consiguen llevarse a la boca diferencias positivas sustanciales, pueden verse incentivados a vender si las esperadas subidas se producen de forma brusca y sin que haya sido asimilada la totalidad del papel que pueda irse generando sesión tras sesión.