_
_
_
_

Arconada libró de la goleada su equipo

Gárriz y Arconada se pasarán el domingo pensando en Maradona y compañía. El Pelusa, sin estar en plenitud de condiciones físicas, llegó a hacerle un nudo al central donostiarra, que vivió 90 minutos angustiosos sobre el césped, sin saber por dónde le iba a aparecer Maradona, qué quiebro le haría, qué pierna utilizaría, qué fantasía crearía. Arconada, por su parte, tuvo que multiplicarse y, al final, se retiró feliz por haber encajado tan sólo dos goles. Y es que anoche, el Camp Nou volvió a ser el Liceo de antaño.Frente a una Real Sociedad copera, endeble, improvisada, conservadora, temerosa e imprecisa, Schuster, libre de marcaje, decidió coger la batuta y dirigir la orquesta barcelonista. Mientras los demás corrían, él pensaba. Sus largos desplazamientos abrieron espacios, sus galopadas de antaño provocaron el desconcierto donostiarra, sus disparos a balón parado fueron un continuo peligro y su cuerpo soportó el ritmo del partido.

Mientras López Ufarte, el diablo, el chaval, intentaba relanzar el juego de su equipo con rápidos y mágicos contragolpes -estuvo a punto de marcar a los 9 minutos y centró un balón de oro, tras driblar a Migueli y Alexanco, que no fue aprovechado por Diego y Uralde-, Diego Armando Maradona ponía al público de pie e intentaba el más difícil todavía en cada jugada. Fue una noche festivalera, alegre, hermosa. Una noche que pudo acabar en goleada. Hubo más ocasiones que en toda la temporada. A los 4 minutos, Migueli, sólo ante Arconada, no acertó a rematar desde el punto de penalti. A los 6, fue Carrasco quien se quedó en solitario frente al guardameta y disparaba flojo. A los 15, Maradona tiró, paradón de Arconada y Alonso no acertó a meter el rechace en las redes. A los 21, el gol de Víctor. A los 24, Arconada realizó otra palomita, en saque de falta de Maradona.

Pero, a lo que íbamos. A los 29, Schuster estrella el balón en el larguero en una falta. A los 43, Arconada volvió a lucirse a disparo a bocajarro de Carrasco. A los 55, el guardameta internacional detuvo un tiro de Maradona desde fuera del área. Con cualquier otro portero hubiese sido gol. A los 48, Orbegozo disparó al poste derecho de Urruti. Y a los 57, hay que detener la narración. Schuster cedió a Maradona que, en posición de extremo izquierdo, se metió en el área, clavó a Gárriz, esperó a Celayeta, se escora hacía el banderín y, mientras Arconada pensaba en; el centro, él, el número 10, El Pelusa, Dieguito, manejó con habilidad de orfebre su pie izquierdo y picó el balón al palo contrario, obligando a que Arconada se recreara con su vasefina. Suerte que las cámaras de TVE estaban allí -recibieron permiso a última hora- y media España podrá disfrutar con ese gol. Un gol que llenó la tribuna de pañuelos y fue premiado con un minuto de aplausos.

Pero aún hubo más. A los 75, Maradona quiso batir a Arconada en su salida, levantándole el balón por encima del cuerpo, pero Luis estuvo superior. A los 79, picado por su compañero, Schuster intentó meterse en la portería, driblando incluso al portero, pero don Luis le robó el balón de los pies. No fue un partido. Fue una orgía.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_