_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Al director de un periódico sobre mi situación actual

Ya sé que esta carta no la va a publicar, que son sólo palos de ciego, pero es igual, me queda el recurso del pataleo, y pataleo porque quiero; y, por otra parte, a usted qué le puede importar, usted se gana honradamente la vida trabajando, porque es un ser útil que presta un servicio a la sociedad. Pero estamos o habemos (¿cómo decirle?) otros que no. Que no.Es cierto, es terriblemente, cierto: soy un trabajador que está en paro, que no cobró ni una peseta, que no puedo trabajar por serme materialmente imposible encontrar un puesto de trabajo por más que lo busco. Lo pienso fríamente y caigo en la cuenta de cuál es mi situación y apenas me lo creo, me parece tan estúpida e irreal que parece que no fuera así. He, sencillamente, ido cayendo en ella, y ahora hasta casi me parece normal, como una pesadilla; me trasvisto esta situación (desgraciada, desgraciada) con razones de hecho-consumado-que-no-puede-ser-eterno, e incluso trato de quitarle importancia como si no fuera conmigo la cosa; y es que, claro, se puede vivir, y de hecho vivimos, pero ¡maldita peste! Tanta gente como hay por ahí con trabajo en demasía, con dinero de sobra y aún más, y yo aquí, cortado, coartado y de pobre por cuatro putas pesetas que me hacen falta y que no tengo... me cago mil veces en todos los que propician esto, y en tanta demagogia y verborrea, que si el paro por aquí, que si el paro por allá; y luego, hay una perfecta insolidaridad. Y que no me digan los listos de siempre que quien no trabaja es porque no quiere; han estructurado la sociedad de tal modo que apenas queda espacio para la iniciativa individual como no sea echarse al monte a cazar conejos a dentelladas o echarse a la vida a arrebatar a otros lo que hace falta para subsistir y al precio que sea.

Por otra parte, todos no somos tan inteligentes ni tenemos tanta capacidad de imaginación como ellos. Homo hominis lupus. El hombre es, sin duda, un lobo para el hombre. Y descubrir en propia carne esta certeza y realidad supone un bajón tan enorme en la credibilidad en el ser humano que deja reducidas poco menos que a nada las esperanzas que en otro tiempo se hubieran podido alentar al respecto. Estoy en paro. ¡Qué desgracial Y ya hasta la denuncia es un ejercicio vicioso de corroboración de hechos consumados. /

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_