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A pesar de los disturbios, no se espera en París otro 'Mayo del 68'

El mes de mayo de 1983, que comienza hoy, no es probable que sea un reestreno del lengendario mayo revolucionario de 1968. Las huelgas de los estudiantes, que anteanoche alcanzaron una cota guerrera, se inscriben en un contexto social sensiblemente distinto. Ayer fueron liberadas las tres docenas de estudiantes detenidas horas antes.Anteayer, alrededor de 8.000 estudiantes representaron el espectáculo que se repite en París y en provincias desde hace varias semanas: "Savary, tu estás loco, las facultades están en la calle", o también "Caliente, caliente, la primavera será caliente". Musicalizados por lemas semejantes, los desfiles del mundo estudiantil se intensifican.

En la esplanada de los Inválidos, todo parecía concluir como los días anteriores, pacíficamente, pero algunos centenares de estudiantes de extrema derecha decidieron que había que "tomar la Asamblea Nacional".

A la lluvia de piedras contra las fuerzas del orden, respondieron las bombas lacrimógenes de estas últimas y, al final, se contabilizaron siete heridos en el campo estudiantil y 40 en el de la policía.

Esta huelga de las facultades en París, Marsella, Toulouse, Lille y otras capitales, dramatizada por las manifestaciones prácticamente diarias ("el lunes continuaremos", anunciaron el viernes último), aspira a desbaratar la nueva ley de enseñanza universitaria que, a mediados de este mes, será debatida por los diputados electos de la nación en la Asamblea.

A la efervescencia estudiantil se añade la de los médicos, la de los estudiantes de Medicina, la de los agricultores, la de los cuadros, y la de otras categorías sociales que se barrunta desde hace días y que incita a los observadores, y a la clase política, a evocar la posibilidad de otro mayo de 1968.

Los apuros del Gobierno

El Gobierno socialista lo está pasando muy mal, sus ilusiones de hace dos años, cuando llegó al poder, han sido maltratadas hasta el escarnio por una crisis económica que no perdona nada, ni a nadie, pero, por esto precisamente, mayo de 1983 no tiene nada que ver con aquel mayo de las barricadas que dio al traste con la era del general Charles de Gaulle.La revolución de mayo de 1968 fue un lujo, una cana al aire de una sociedad que se aburría en el plano del desarrollo económico.

La Francia de hoy, por el contrario, está encogida, porque puede perder el empleo, o porque su nivel de vida merma, o porque se acoquina ante las interrogantes atómicas.

El poder socialista se enfrentará con dificultades decisorias no tardando, hacia el otoño inmediato, cuando su plan de austeridad haya dicho la última palabra sobre el futuro del socialismo a la francesa.

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