Período decisivo para la negociación España-CEE
![Andrés Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
ANDRÉS ORTEGA, La negociación para el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) entra en un período decisivo y apretado, si se han de cumplir los plazos planteados por el Gobierno español de ingresar en 1986.
El próximo día 25 de mayo, como máximo, se espera que la Comisión Europea -órgano ejecutivo y burocrático de la CEE- apruebe por fin, al más alto nivel, el documento de base para el capítulo agrícola, lo que supondría, además de una aportación técnica importante, un empuje psicológico decisivo para la negociación, empantanada en su cuarto año. Ésta, sin embargo, rechina, en parte por causas objetivas y en parte por causas subjetivas: la CEE ha hecho de la ampliación una excusa para una revisión de su propio funcionamiento que, incluso sin el ingreso de España y Portugal, es ineludible.En la negociación, no se trata más que de fijar las condiciones y los plazos de la integración española al sistema comunitario, a saber, frenar el impacto de la adhesión sobre la economía nacional. Es decir, fundamentalmente, sobre lo que se negocia es sobre el período transitorio, ya que, una vez en la CEE, España hará suyo todo el ordenamiento, lo que se viene a llamar el acervo comunitario. Hay tres excepciones importantes, sin embargo: la pesca, la siderurgia y la agricultura.
En estos tres apartados de la negociación -casi se puede decir que son la negociación-, no se trata solamente de fijar un período transitorio para la integración en la CEE de estos sectores españoles, sino de fijar sus condiciones prácticamente permanentes. Es decir, disciplinas, reconversiones y reestructuraciones de estos sectores. En el terreno agrícola, la CEE busca garantías de que España autolimitará su producción, para evitar así mayores excedentes. Los observadores de la República Federal Alemana (RFA), de otros países comunitarios y de la propia Comisión, se muestran de lo más inquietos ante las posibilidades que podría aportar una mayor irrigación del suelo español.
Esta es una de las razones de la complejidad del documento agrícola, que se espera sume más de 200 páginas, y que ya se ha retrasado dos meses en los planes de la Comisión. El portugués ya está ultimado. Pero sería difícil que la cumbre europea de Stuttgart, del 6 de junio, se encuentre sin un documento agrícola con el cual alentar a España. El documento pasaría luego al Consejo de Ministros de la CEE, el órgano verdaderamente negociador. Es improbable, sin embargo, que la CEE esté en condiciones de presentar formalmente esta posición a la próxima sesión ministerial con España, a finales de junio, como ha pedido el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán. En algunos medios comunitarios se apunta un dedo acusador hacia la Dirección General de Agricultura, dominada, en los servicios, por funcionarios franceses.
Pues está el préalable francés, que no por su carácter de condición previa va en contra de los intereses de España. No se trata de que España se haya acercado a las tesis francesas. De lo que se trata es de que Francia no consigue imponerlas en la CEE, y bloquea así la integración española. Los diez han de superar sus diferencias para buscar una reforma de las ayudas a la producción de los productos llamados mediterráneos, a saber, aceite de oliva, frutas y hortalizas. Los ministros de Agricultura de los diez tenían previsto dedicar su Consejo del 16 de mayo a este tema, pero el tiempo será ocupado por la continuación del debate sobre los precios agrícolas. Estos ministros, sin embargo, tienen previsto celebrar un Consejo informal el 30 de mayo. De nuevo, tienen que tener algo que presentar en Stuttgart, si no quieren que les tiren de las orejas sus mayores. Pero, el debate se ha planteado en términos globales y políticos, tras el último reajuste monetario. La CEE llega a sus límites.
La cita de Stuttgart presiona sobre los acontecimientos. El 5 de mayo, la Comisión hará públicas sus propuestas para una reforma de la financiación del presupuesto comunitario, que contendrán una demanda de aumentar el techo del 1 % del IVA (impuesto sobre el valor añadido) y, probablemente, una tasa sobre la energía. Este será el tema que ocupe a los jefes de Gobierno y, de fijar éstos orientaciones políticas concretas sobre el tema, se podrá decir que la negociación con España avanzará ya de forma definitiva.
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