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Un documento del 'número dos' del PS marca las diferencias entre los socialistas franceses

La lucha de clases, la justicia social a toda costa, la primacía de lo político sobre lo económico, la confrontación irreductible de la izquíerda con la derecha y el gran capital... La exaltación de todos estos principios en un documento explosivo llegó ayer a manos del presidente de la República, François Mitterrand, enviado por el número dos del Partido Socialista (PS), Jean Poperen.En el difícil contexto políticoeconómico de la Francia actual, dicho texto afirma públicamente la grave división de la izquierda gobernante, contraría radicalmente la actitud de Mitterrand ante sus conciudadanos y auspicia días duros al poder socialista.

"El hilo conductor, hoy como ayer, es la lucha de clases", afirma Poperen, que añade: "La clave de nuestras dificultades es política antes que nada".

Y, por ello, predice: "El fracaso está asegurado si este Gobierno sacrifica sus obligaciones políticas en aras de los condicionamientos económicos". Esas obligaciones políticas, para el dirigente socialista, consisten en atender por encima de todo a la base de izquierdas que le votó y le dio el poder del Estado en mayo de 1981.

Se abre el debate

Este documento de 65 páginas, que se ofrece como la primera aportación al debate del congreso del PS que se celebrará en octubre próximo, se revela grave en la Francia actual por una razón primera y fundamental: su contenido es una denuncia explícita de la política del Gobierno y de la acción de François Mitterrand.El presidente, a principios de la presente semana, viajó por el norte del país, precisamente para recabar la paternidad de la estrategia del gabinete que dirige Pierre Mauroy y cuyo principal artesano económico es el ministro de ese ramo, Jacques Delors.

Al tiempo, Mitterrand, en todos sus discursos, se empleó a fondo para recuperar,la imagen de "presidente de todos los franceses", que había difuminado el titubeo político que caracterizó la crisis que siguió a los comicios municipales de marzo pasado.

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Esta bomba política se conjuga con la bomba económica que, días pasados, otro grupo de izquierdistas del PS lanzó también contra el Gobierno con la publicación del libro El socialismo y Francia, del que son coautores los dirigentes socialistas Didier Montchane, Georges Sarre y el embajador de Francia en España, Pierre Guidoni.

Estos últimos y su corriente minoritaria (el CERES) coinciden fundamentalmente con el ala izquierda de los mitterrandistas, encabezados por Poperen, Louis Joxe y Christian Goux.

Todos ellos, más los comunistas, parecen cada día más decididos a boicotear lo que unos consideran como una desviación socialdemócrata del Gobierno y otros, sin tapujos, como una traición derechista.

Este tipo de debates ideológicos, con 5.000 estudiantes parisienses en la calle ayer, amén del torrente de huelgas diarias imprevistas desde hace dos meses de diversas categorías sociales y en el techo de una crisis económica sin precedentes, "desacredita a los socialistas como partido del Gobierno y prematura las esperanzas de la derecha", estima la mayoría de la opinión que apoya a Mitterrand.

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