Los accionistas del Atlántico nombran al anterior presidente para representar sus intereses
Los accionistas del Banco Atlántico, expropiado el 23 de febrero pasado en razón de que Rumasa ostentaba la mayoría de su capital, eligieron ayer al anterior presidente de la entidad, Casimiro Molins, y a varios miembros de su último consejo de administración para formar parte del órgano que ha de regir los intereses de la comunidad en el procedimiento expropiatorio, según lo previsto en el decreto de febrero.
Esta ha sido la primera asamblea que celebra un banco de los 20 expropiados y también la de mayor interés, por las características de pugna que revistió en el pasado la convivencia entre el socio mayoritario, Rumasa, y los minoritarios, quienes se resistían a la concentración de riesgos.La reunión, convocada para las cinco de la tarde, empezó tres cuartos de hora después, lo que motivó algunas protestas del público asistente y unos momentos de tensión.
El representante del Fondo de Garantía de Depósitos y presidente de la asamblea, José María Martín Oviedo, aplicó rigurosamente los criterios de asistencia, prohibiendo a los periodistas el acceso a la reunión, con la argumentación de que la convocatoria prescribía la presencia, únicamente, de accionistas acreditados y señalando que, de no cumplirse esta norma, los acuerdos podían quedar sujetos a impugnación.
Este criterio restrictivo, sin embargo, no se aplicó a varios empleados del Banco Atlántico, que obtuvieron permiso de asistencia. Asistieron, fisicamente o por medio de representantes, 211 accionistas -personas y sociedades- representativos de 602.507 títulos.
Abierto el turno de propuestas para la composición del órgano rector de la comunidad, hubo sólo una candidatura, propugnada por el abogado Antonio Arderiu, en representación de la sociedad de cartera, accionista del banco, Inpisa-dos, quien solicitó que el citado órgano constase de once miembros: Casimiro Molins (ex presidente del banco) y Francesc Segura de Luna (ex secretario), "puesto que encarnan el sentido individualista del Atlántico frente al resto de bancos del grupo expropiado y con ello nos representan a todos"; Antonio Roca Portet y Alberto Parera, ex consejeros, por las mismas razones.
Además de los anteriores, Enrique Basté, Antonio Boltá y Enrique Granados, tres abogados conocidos, el último de los cuales presidió una de las candidaturas derrotadas en las recientes elecciones al Colegio de Abogados de Barcelona, y persona ducha en este tipo de asuntos, puesto que representó a uno los más importantes accionistas de Banca Catalana cuando la crisis de ésta; Miguel Sans Mora, y tres entidades. Estas últimas son la Caja Laboral Popular de Mondragón, el banco alemán Hypo-Bank, y Velázquez, S A, Compañía Española de Seguros.
La compañía en cuyo nombre habló Antonio Arderiu, Inpisa-dos, es una sociedad de cartera propiedad del grupo familiar Serra Santamans, que intervino en la compra de las famosisisimas bodegas jerezanas Fernando A. de Terry, en el mes de septiembre de 1981. En aquella ocasión se especuló sobre la posibilidad de que el grupo Serra Santamans hubiera de intermediario.
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