El CDS sólo tiene un millón de pesetas para la campaña municipal de Madrid
Recorrer todas y cada una de las emisoras de radio madrileñas constituye, hoy por hoy, la principal actividad de Rosa Posada. La candidata a la alcadía de Madrid por el Centro Democrático y Social (CDS) pasa un mínimo de seis horas diarias encerrada en locutorios. Es así porque Posada da bien en la radio, y se solicita una y otra vez su presencia. Además, el CDS tiene un presupuesto para la campaña municipal de Madrid de sólo un millón de pesetas.Rosa Posada inició, de hecho, su campaña con una aparición en el programa radiofónico El loco de la colina, de la que guarda un magnífico recuerdo. "Estaba en Sevilla en plena Semana Santa y Jesús Quintero me invitó a una de sus entrevistas íntimas. Nunca había contado tantas cosas importantes de mi vida y todos nos divertimos muchísimo", recuerda.
La fotografía de Rosa Posada con un ramo de flores entre las manos, que estos días puede verse en algunas, muy pocas, vallas publicitarias de Madrid, es la misma con la que presentó su candidatura para el Senado el pasado 28 de octubre. Y es que el CDS no tiene dinero ni para pagar una nueva sesión de diapositivas. "Aparte de lo que cuesta la publicidad exterior", dice Posada con naturalidad, "sólo tenemos un millón de pesetas para gastos de la candidatura municipal madrileña".
Un gerente voluntario
Los candidatos del CDS funcionan, pues, con un gerente de campaña que no cobra ni un duro, que ha dejado por un mes su trabajo de médico y ha puesto a disposición del partido su automóvil y su personal administrativo, y con tan sólo tres secretarias. En cuanto a las tareas de seguridad, son cubiertas por agentes de la Policía Nacional.Rosa Posada asegura que el CDS no quiere endeudarse en esta campaña, porque para su partido las municipales no son cuestión de vida o muerte. "Nuestro trabajo es a largo plazo", dice, y añade su convicción de que el actual mapa político español no es definitivo. "El PSOE y AP tienen un peso que no se corresponde con la realidad del país". Cree en el inevitable renacer de las fuerzas del centro progresista, en el futuro de las posiciones templadas. Por lo demás, ni en sus intervenciones en la radio, ni en sus visitas por sorpresa a domicilios y barrios madrileños, alza la voz para criticar a sus competidores. Rosa Posada, dice ella, no cree en la rentabilidad de la agresividad y la demagogia.
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