La comunidad ecuménica de Taizé tendrá dos encuentros con los jóvenes en Madrid
El hermano Roger, prior de la comunidad ecuménica de Taizé (Francia), cuya labor por los jóvenes cristianos del mundo viene desarrollándose con gran intensidad desde hace casi 10 años, estará el fin de semana en Madrid para animar dos celebraciones que reunirán a jóvenes de toda España. Dicha comunidad se fundó en 1940, durante la segunda guerra mundial, con el intento de reconciliación entre los hombres y, más concretamente, entre los cristianos.
Esta visita es una más en el nuevo camino de peregrinación mundial de reconciliación abierto por el prior de Taizé la pasada Navidad en Líbano. Después viajará a Portugal y Austria.Una etapa reciente e importante fue la celebración del encuentro europeo, en Roma, a fines de 1982, con 20.000 jóvenes. La última etapa de peregrinación de este año 83 será un nuevo encuentro, en París, en Navidad, al igual que en 1978. Barcelona lo vivió en 1979; Roma, en 1980, y Londres, donde se habló de un desembarco, al atravesar miles de jóvenes en. una noche el canal de la Mancha para integrarse en multitud de barrios y hogares ingleses, en 1981. Durante los encuentros, un texto ayuda a la reflexión. Este año, el hermano Roger ha recogido sugerencias de jóvenes de todo el mundo en la Carta de las Catacumbas, Una llamada a las Iglesias, que termina así: "El injusto reparto de los bienes a través del mundo es una de las causas de los conflictos armados. En el nombre de Cristo, no más guerras. Iglesia sé tierra de compartir para ser también tierra de paz".
La reflexión es ahora para las comunidades locales, y dentro de dos años habrá dos encuentros mundiales en los dos hemisferios. Las celebraciones madrileñas, preparadas desde hace varios meses en distintas parroquias, serán el sábado, a las 19 horas, en la basílica de Nuestra Señora de la Merced (General Moscardó, 23), con la presencia del cardenal Tarancón, y el domingo, a las 16.30
Origen e historia
El 20 de agosto de 1940 un joven, Roger Schutz, llegó con su bicicleta al pequeño pueblo de Taizé, en la Borgoña francesa. Nacido un 12 de mayo de 1915, cuando sus padres vivían en Provenza, en el Jura suizo, decide iniciar su aventura en favor de la paz. Europa está en plena guerra. ¿Qué puede hacer solo? Comienza por lo más simple: acoge a otras personas en su casa y dedica tiempo a la oración sin imponerla a nadie. Taizé está relativamente cerca de Vichy y Roger acoge a judíos que huyen del nazismo y a miembros de la resistencia. Eso le coloca en el corazón del conflicto humano. Palpa el absurdo de la guerra y descubre desde la misma realidad la importancia de la reconciliación entre los hombres.A Roger se unen otros jóvenes, con los que comienza una búsqueda comunitaria. Son cristianos de confesiones no católicas. Las cosas no son fáciles en ningún aspecto. Un 11 de noviembre de 1942 la Gestapo hace un registro en la casa. La comunidad emprende un camino que ni sospecha a dónde le llevará. Sólo algo le fascina: la reconciliación de la familia humana y de los cristianos entre sí.
Actualmente, son casi ochenta hermanos, de una veintena de países -entre ellos, España-, los que viven en común, a pesar de venir de diferentes confesiones, incluida la católica, e inspirados en la tradición monástica occidental. Se unen en el silencio y con la oración, tres veces al día, con los jóvenes de todo 3 los países que visitan la colina de Taizé. También hay encuentro semanales. Los hermanos viven de su trabajo artesanal o campesino, con el compromiso de no acumular, aun a riesgo de la pobreza. Tras una larga reflexión descubrieron la libertad del celibato "para darsemás al prójimo con el amor mismo de Cristo".
En mayo del 68 muchos jóvenes se retiraron a Taizé para reflexionar sobre el camino a seguir. Los hermanos vieron a los jóvenes como un don hecho a la comunidad e intentaron buscar con ellos signos que anunciasen una primavera. La comunidad tenía ya la ex periencia entrañable del contacto con Juan XXIII y su participación en el Concilio Vaticano II, por lo que en este contexto se inició una búsqueda llamada el Concilio de los Jóvenes. Esta búsqueda vive hoy la transformación de un caminar por la tierra como peregrinos de paz, invitando a compartir Madrid es ahora la última etapa.
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