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Ferrari y Cartier firman un contrato de colaboración

Xavier Vidal-Folch

La compañía automovilística italiana Ferrari y la multinacional francesa de la industria del lujo Cartier han firmado un acuerdo de colaboración para la fabricación de productos de relojería, joyería y marroquinería. Esta nueva línea de productos supondrá una facturación de cerca de 28 millones de dólares -unos 3.500 millones de pesetas- en 1985, según los cálculos que el presidente de la firma francesa, Alain Dominique Perrin, hizo públicos el jueves en la ciudad italiana de Maranello (Módena).

El pacto entre ambas firmas -que puede interpretarse como un aspecto de la estrategia de la industria europea para hacer frente al progresivo dominio de la japonesa en el sector de la relojería- se ha formalizado mediante un contrato de licencia. La empresa italiana concede el uso de la marca Ferrari, por el que Cartier abonará royalties. Bajo esta marca, la firma francesa comenzará dentro de veinte días la fabricación en diversas factorías -suizas, italianas y francesas- de productos de la industria del lujo, con sello deportivo y de una gama más popular que la tradicional de Cartier. Asimismo, cuidará de la comercialización de los mismos.Si en el proceso productivo y de lanzamiento (en el que se invertirán 800.000 dólares) el peso recae en la multinacional francesa, la colaboración es más estrecha en el ámbito del diseño: todos los diseños deberán ser aprobados personalmente por el presidente honorario y fundador de la empresa italiana, el legendario Enzo Ferrari, de 85 años.

El interés de Ferrari en esta colaboración estriba, más que en una búsqueda de rentabilidades adicionales, en la defensa de su marca, sometida a un intenso pirateo, sobre todo en los Estados Unidos y el Extremo Oriente, según explicó su administrador, Giovanne Sguazzini, mientras que Cartier -una multinacional que factura anualmente 256 millones de dólares, casi 35.000 millones de pesetas- tiene por objetivo la diversificación de sus productos.

Según manifestó Giovanne Sguazziní, Ferrari ha elegido a la firma francesa, entre otras razones por su larga experiencia en la lucha contra la falsificación, especialmente desarrollada a partir de 1968. Anteriormente y desde su fundación en 1847, Cartier estaba especializada en la alta joyería de alcance restringido y su propiedad era totalmente familiar, situación que ha desembocado en su cotización en diversas Bolsas y un reparto de la propiedad -la tabaquera fabricante de Rothmans ha adquirido recientemente un 22% del capital- que, sin embargo, sigue controlando la familia fundadora.

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