"Estaré al servicio del Estado y de la España diversa y real", afirma Joan Reventós

El nuevo embajador de España en París, Joan Reventós, ha declarado a Efe que pondrá toda su atención y esfuerzo por representar al Estado, al servicio de la España diversa y real. "Voy a mi nuevo cometido convencido de la necesidad de estimular los canales de comunicación entre los dos pueblos, pues de ahí saldrá una mayor comprensión y, naturalmente, aumentará la colaboración mutua", dijo el dirigente socialista catalán.Reventós desmintió estar poseído de una cultara francesa, como se le ha atribudio recientemente, aunque se manifestó un constante admirador del país galo. "Para un europeo es conveniente visitar París cuatro o cinco días al año y contemplar el Sena. Ninguna otra cosa puede facilitar una visión más completa de Francia y sus gentes".

"Estoy dispuesto", añadió, "a trabajar con todas mis fuerzas y capacidades para ser el representante del Estado al servicio del Estado y de toda la España diversa y real, y contribuir a que el pueblo francés conozca cada día mejor nuestra realidad plural. Por ejemplo, se está preparando la celebración de las jornadas andaluzas en París , a las que hay que presentar y promocionar, al igual que las restantes manifestaciones de otros puntos de España".

Preguntado por el problema del terrorismo, Joan Reventós precisó que en la diplomacia hay que conceder más importancia a las cuestiones de forma que de fondo. En este sentido avanzó que insistirá cuanto sea preciso en la explicación de la voluntad del Gobierno español de erradicar este cáncer, como lo definió. "Con mucha paciencia y serenidad, pero también con toda la tenacidad, hay que decir en cada instante que los españoles quieren acabar de una vez con el terrorismo, incluyendo fórmulas inteligentes para una acción que impida que se desarrolle".

Sobre la presencia de etarras en el sur de Francia, el nuevo embajador se mostró partidario de combinar las tareas diplomáticas (solicitud de extradiciones) con otras que faciliten la orientación y el control más severos de los movimientos de los etarras en Francia.