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La recaudación de los apeaderos robada en el omnibus Badajoz-Madrid no llega a las 800.000 pesetas

A 768.446 pesetas se eleva el botín conseguido por los autores del asalto perpetrado el miércoles por la tarde al tren ómnibus Badajoz-Madrid, según ha informado Renfe. La desproporción entre la profesionalidad demostrada por los tres atracadores y el discreto resultado económico de su acción obedece, según las mismas fuentes, a que el tren sólo transportaba la recaudación diaria de los pequeños apeaderos del trayecto, ya que los ingresos de las estaciones importantes se depositan directamente en entidades bancarias locales.

A las 20.30 horas del martes el maquinista del ómnibus Badajoz-Madrid advirtió que el semáforo que debía dar paso a la estación de Villaverde Alto, un distrito de la periferia sur de Madrid, estaba estropeado. El convoy ya llevaba 15 minutos de retraso en relación a la hora prevista para llegar a su destino, la estación madrileña de Atocha. Pero, como mandan las normas ferroviarias ante este tipo de anomalías, el maquinista detuvo el tren. Fue entonces cuando se dio cuenta de que tres jóvenes se disponían a subir al primer furgón del convoy, justo aquel en que viajaban el jefe y un guardafrenos con las sacas que contenían dinero y documentos.Como todos los días de la semana, el ómnibus había salido de Badajoz a las 9.45 con destino Madrid, a donde tenía que llegar a las 21. Se trata de un tren muy lento, que efectúa 41 paradas, una por cada apeadero y estación de su recorrido. En cada una de estas detenciones, el jefe del convoy, cuyo nombre no ha facilitado Renfe, recogió una saca conteniendo los justificantes de la recaudación del día y otros papeles de uso interno. Sólo en los casos de apeaderos que no tienen cerca una entidad bancaria, la saca contenía los ingresos de la jornada. El martes, el convoy transportaba 768.446 pesetas en total.

Los atracadores no debieron imaginar que el botín sería tan discreto. Habían planificado concienzudamete su asalto y dieron los pasos precisos para efectuarlo con audacia y rapidez. El primero de ellos fue romper el semáforo que da entrada a la estación de Villaverde Alto. Como habían previsto, el ómnibus se detuvo y su máximo responsable abrió la puerta del furgón donde viajaba, para indagar la causa del contratiempo. De repente, se dio de bruces con tres jóvenes, uno de los cuales cubría su rostro con un pasamontañas e iba armado con una pistola.

Los atracadores penetraron en el furgón, intimidaron al jefe y a su acompañante, y sin mediar más palabras se repartiern las 41 sacas, de poco tamaño y peso, y saltaron de nuevo a las vías, donde se perdieron de vista, probablemente para tomar un coche que les llevara hacia Getafe. La acción apenas duró uno o dos minutos y los asaltados no han podido describir con precisión a los atracadores, pese a que incluso el que iba encapuchado se quitó el pasamontañas al penetrar en el vagón.

Renfe no ha querido dramatizar el suceso y la estación de Villaverde operó ayer con absoluta normalidad. La señal luminosa averiada estaba ya reparada a primeras horas de la mañana y el tren asaltado, nuevamente en funcionamiento. Ayer mismo, después de regresar en la noche del martes al miércoles a Badajoz, cubrió de nuevo el trayecto desde la capital pacense hasta Madrid. Por su parte, la policía ha encargado las investigaciones a funcionarios de las comisarías de Usera y Atocha. Fuentes policiales han manifestado que no disponen de pistas para proceder a una rápida detención de los autores del espectacular asalto, aunque suponen que se trata de profesionales con un cierto conocimiento del funcionamiento del sistema ferroviario.

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