El Santo Sudario
Cuando anunciaron el Viernes Santo en La clave el tema de las reliquias en general, y el Santo Sudario de Turín entre ellas, fuimos muchos los que nos sentimos interesados y nos preparamos a verlo.Yo fui uno de ellos, pues puedo decir que el Santo Sudario es mi tema profesional. La verdad es que me preparé a oírlo con más prevención que ilusión, por tratarse de un programa de La clave, que en materia religiosa está siendo de una ambigüedad y una imprecisión que cae de lleno en lo tendencioso.
Para nada contó allí la verdad, la fidelidad al público, ni el rigor científico, sino las conveniencias ideológicas en boga. Del verdadero valor de la Sábana Santa ni palabra: opiniones subjetivas de unos u otros de los participantes. Cuando lo que vale en la Sábana Santa es la existencia innegable de las huellas, no el que los hombres se expliquen o no su génesis.
Lo que vale es que existe ahora y, que ha demostrado su antigüedad, no que los historiadores tengan o no completa su trayectoria histórica con documentos y todo. A ver si nos va a pasar como a aquel que, cuando estaba vivo y presente, dudaban de su existencia porque no tenía partida de nacimiento.
Y lo que es quizá lo más valioso en la Sábana Santa es, precisamente, que la ciencia moderna, tan superlativamente avanzada, no puede explicarse cómo se han formado esas huellas y por qué. No hay un fenómeno natural que las explique, ni aun ahora, a fines del siglo XX. Y si no lo hay es porque... -¿nos atrevemos a decirlo?- no se trata de un fenómeno natural, sino... extranatural, anatural, prenatural, posnatural... ¿Qué nombre queréis que le pongamos para no llamarlo sobrenatural? / Miembro del Centro Internacional de la Síndone.
