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Estancadas las negociaciones entre Derivados del Flúor y ganaderos cántabros

Las negociaciones entre Derivados del Flúor, empresa con sede social en Bilbao, y una treinta de ganaderos de la localidad cántabra de Ontón, en cuyo término se haya instalada la factoría, dedicada a la producción de derivados del ácido fluorítico, para la renegociación del contrato suscrito en noviembre de 1979 por ambas partes, se encuentran rotas desde el pasado mes de noviembre. La empresa se comprometía al pago de una compensación económica anual por cabeza de ganado de carne, que dado su cielo corto y su mayor resistencia a la contaminación sustituyó al ganado de leche, afectado por la contaminación fluroticia, compensación que tenía su origen en la menor rentabilidad del primero.Derivados del Flúor, empresa del sector químico fundada en 1947 por la familia Liperheide y que desde 1967 cuenta con una participación que supone el 50% de la multinacional alemana Bayer, argumentó, para la rescisión del contrato, la "disminución de las emisiones contaminantes a niveles notoriamente inferiores a los aceptados por todas las legislaciones internacionales", según se señala en la carta enviada a los ganaderos. Estos, sin embargo, mantienen que dichos mínimos siguen siendo máximos para los animales y lo podemos demostrar", añadiendo que, "aun dando por bueno eso, que no es así, alguien deberá subvencionarnos para reponer las explotaciones lecheras que nos vimos obligados a cambiar en su día".

Un intento de reunión, al objeto de estudiar la situación, fue abortado por la negativa de la dirección de derivados del flúor a que actuase como mediadora la Cámara Agraria local, que ya participó en la negociación del contrato firmado en su día.

Para los afectados, agrupados bajo la denominación de Ganadores Suscriptores del Contrato de Carne, la postura de la empresa pretende confundir a la opinión pública, "hablando de que se han invertido quinientos millones de pesetas en el saneamiento ecológico, cuando todo el mundo sabe que la adopción de medidas anticontaminantes tiene un elevadísimo coste y mucho más en aquellas empresas con derivados cuyos índices de contaminación, dado el producto con el que trabajan, son importantísimos".

Los estudios realizados en torno a la contaminación fluorótica señalan que una concentración de entre treinta y cincuenta partículas por millón (pp mm) de flúor ya no es admitido por el ganado vacuno, que progresivamente se ve afectado, dando muestras de adelgazamiento, pérdida de apetito, dificultades en la masticación, cojeras, rigidez y rotura de huesos entre otros síntomas, que varían según que la flurosis sea aguda, producto de una ingestión de grandes cantidades de flúor, o crónica, motivada por diversas ingestiones prolongadas.

Esta última sintomatología fue la apreciada por los ganaderos de Onton que, primero con sorpresa, luego con temor, vieron cómo empezaba a desarrollarse entre las cerca de 1.200 reses de ganado vacuno existentes en la localidad cántabra tres años después de que derivados del flúor abriera su factoría en la zona.

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