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La Bolsa apostó por la peseta

Momentos antes de iniciarse la sesión de ayer en los mercados de valores, podía notarse una cierta inquietud entre los asiduos que era debida, naturalmente, a la depreciación de la peseta. El temor a una reacción negativa del mercado ya se había hecho notar en los comités de los lunes de algunas instituciones, en los que algunos especialistas apostaban por una actuación de los mercados en este sentido. La otra postura argumentaba a favor de la solidez que el mercado había venido demostrando, sobre todo en una semana tan difícil como la última.Tal vez la poca cuantía de la depreciación fue el argumento más sólido de todos y la confianza de las autoridades monetarias en el comportamiento de la peseta, acabaron por convencer a los inversores de que la situación, en general, no había experimentado grandes cambios.

La respuesta de los mercados de valores no puede interpretarse en otro sentido. A pesar de este pequeño tropiezo, la situación sigue siendo buena para invertir y esto es lo que se hizo. Como característica para los cuatro mercados, habría que señalar la ausencia de órdenes de venta importantes y la concentración de la demanda en el sector bancario.

El grupo de los valores eléctricos, aunque ayer no logró acabar de entrar en la dinámica del mercado, mostró un comportamiento más positivo que en la semana precedente y logró terminar la sesión con unas mejoras que si bien no eran importantes, sí pueden ser el comienzo de su reactivación. En este corro, más que en ningún otro, es en donde se notó la debilidad que tenía la oferta.

El sector de la construcción fue de los más débiles del mercado y, mientras que en Madrid se salvaba gracias a la aportación de Dragados y unos pocos valores más, en Barcelona, la debilidad de las compañías cementeras le hizo ceder posiciones. Pero no sucedía lo mismo con los demás sectores en este mercado; siderúrgicas, mineras, bancos y otros, registraron mejoras que en el caso de estos últimos fueron considerables, quedando en posición de dinero al cierre ante la abundancia de órdenes compradoras.

La misma firmeza se pudo observar en los demás mercados, destacando Bilbao, con una mejora en su índice general de 2,16 puntos. Valencia, más flojo, no llegaba a un punto, y Barcelona y Madrid, superaron un punto y medio.

En la Bolsa madrileña, las operaciones por caja de los siete grandes bancos dejaban ver claramente el buen momento que atraviesan estas instituciones. Tan solo Central y Banesto ofrecían saldos negativos y esto con unas cifras inferiores a los 14.000 títulos; el resto del grupo registraba una demanda de algo más de 115.000 títulos, correspondiendo 100.000 al Santander, que dió el 43% y aumentó su cotización en diez enteros. Los dos que tenían papel, barrieron el total de sus saldos y subieron seis puntos, quedando al final de la sesión en posición de dinero. El resto del grupo registró mejoras de cinco y seis enteros. El optimismo que se desprende de esta postura parece quitar algo de dramatismo a la situación laboral del sector, en la que se espera que se conseguirá un acuerdo antes de llegar a la anunciada huelga.

La única sombra que aparecía en el horizonte, era la de una posible realización de beneficios que podría estar propiciada por las fuertes alzas en los títulos bancarios y que algunos operadores ven como posible en los próximos días, pero a la que se concede un alcance muy limitado.

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