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La madre del preso del PCEr Ricardo Sanz denuncia el hallazgo de un micrófono-emisor oculto en su domicilio

Josefina García, madre de Ricardo Sanz García, militante del Partido Comunista de España Reconstituido (PCEr) preso actualmente en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), descubrió un micrófono oculto en su domicilio, en la calle de la Virgen del Lluch, 18, de Madrid. El aparato estaba escondido tras el rodapié de una de las habitaciones. Josefina García, que se declaró estupefacta e indignada por el hallazgo, supone que el micrófono fue colocado por funcionarios de la policía aprovechando un período de 36 horas en las que permaneció detenida. El micrófono se encuentra ahora en manos de un abogado, que estudia la posibilidad de presentar una querella criminal por este hecho.

Josefina García, viuda, empleada en una sucursal del Banco de Bilbao, se definió a sí misma como una persona sin adscripción política, a quien han abierto los ojos las circunstancias en que se ha visto envuelta por la militancia y el posterior encarcelamiento de su hijo Ricardo.Madre de seis hijos, su única actividad política, según sus propias declaraciones, se reduce a su pertenencia a la Asociación de Familiares y Amigos de Presos (AFAP). Ricardo Sanz, de veinticuatro años, estudiante de sociología, fue detenido como miembro del PCE-r, brazo político de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO), y responsable del aparato de propaganda en Barcelona. Conde nado a la pena de nueve años de prisión, desde el 1 de octubre de 1980 se encuentra internado en la cárcel de Herrera de la Mancha. Previamente había cumplido otra condena de tres años por su militancia en los GRAPO. La compañera de su hijo, Carmen Muñoz, cumplió asimismo una condena de dos años en la cárcel de Yeserías, de la que salió en libertad e 1 pasado 15 de agosto.

Instalado en septiembre

Según las explicaciones de Josefina García, Carmen Muñoz se alojó en su casa al salir de la cárcel, y ocupó la habitación en la que posteriormente fue descubierto el micrófono. Tanto Carmen como el resto de la familia -Josefina y sus hijos: dos mellizos de diecinueve años, otro muchacho de diecisiete y dos hijas, ambas casadas- sabían que estaban sometidos a vigilancia. El 29 de septiembre pasado, fecha en que en todo el país estallaron una serie de bombas de escasa potencia, reivindicadas después por los GRAPO, los dos mellizos fueron detenidos por la policía a la salida de una reunión de la AFAP en un despacho de abogados. Josefina García y su hijo menor fueron detenidos esa misma tarde a la puerta de su domicilio y trasladadas a las dependencias de la Dirección de Segu necieron 36 horas incomunicados.La denunciante sospecha que alguien aprovechó ese período de 36 horas en que el domicilio se encontró vacío para proceder a la instalación del micrófono. Una vez puestos en libertad, la familia siguió con sus actividades normales. Posteriormente, Carmen Muñoz abandonó la casa, el mismo día en que fue muerto a tiros el militante de los GRAPO Martín Luna, el 5 de diciembre, temiendo que hubiera nuevas redadas de sospechosos.

Una vecina les escuchó en FM

A principios de febrero ocurrió un hecho sorprendente. Una vecina de Josefina García le contó que, cuando intentaba escuchar la frecuencia modulada en su aparato de radio, oía a veces las conversaciones que se producían en aquella vivienda. Alarmada por este dato, Josefina García comenzó una búsqueda sistemática por toda la casa y al final dio con el artilugio. Estaba perfectamente escondido al final del pasillo, en la habitación donde se había alojado la compañera de su hijo. La puerta de esa dependencia, al abrirse, no deja apenas espacio entre ella y la pared. En un pequeño hueco abierto tras el rodapié de ladrillo, encontró el aparato, compuesto de un elemento rectangular de unos seis -centímetros de largo por tres de ancho, al que van acoplados un micrófono y una antena de unos treinta centímetros, desplegada, para lo que hubo que practicar una ranura vertical en la pared.Josefina García y un compañero de trabajo, Federico Gómez, dirigente de banca de UGT, acudieron el 9 de febrero, junto con el militante socialista RafaelGarcía Blanco, al despacho del ministro del Interior, José Barrionuevo, que no se encontraba allí. La secretaria del ministro, según las declaraciones de Josefina García, reconoció que el hecho reviste gran gravedad, les aseguró que se lo comunicaría al ministro y les pidió que esperaran unos días. Ha pasado más de un mes y no han recibido contestación alguna, por lo que la afectada se decidió a ponerlo en conocimiento de la Prensa. Federico Gómez-ha señalado que la contestación iba a recibirla Rafael García Blanco, "pero todavía no le han llamado". Gómez ratificó la versión de los hechos de la madre del preso.

El micrófono se encuentra ahora en manos del abogado Gerardo Martín, quien estudia la posibilidad de presentar una querella criminal contra los aún no identificados autores de su instalación.

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