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Entrevista:

"Ningún país ha resuelto por completo el excedente de personal en la reestructuración siderúrgica"

Pregunta. El sector del metal ha sido de los más castigados por la crisis económica y ello se ha notado especialmente en la pérdida de puestos de trabajo. ¿Cuál ha sido la postura de los sindicatos?Respuesta. Se trata de una recesión que ha afectado a todos los países. E, incluso, algunos que, en un primer momento, no se vieron afectados por ella, como Japón, están notando ahora sus efectos. Pero era una crisis que los sindicatos habíamos profetizado, sin que nadie quisiera prestarnos atención. Hace un año la FITIM elaboró un documento que analizaba los problemas más importantes del sector y apuntaba las posibles soluciones. Entre ellas, se demandaban mayores inversiones públicas y privadas y la reducción del tiempo de trabajo. Esta reducción no sólo tiene efectos positivos de cara al mantenimiento del empleo, sino, también, para la creación de puestos de trabajo que puedan ser ocupados por los jóvenes que abandonan la formación profesional.

Otra de las alternativas que se recogían en el documento era la necesidad de modificar los métodos de trabajo y la advertencia de los peligros que aportaban las nuevas tecnologías como factores de destrucción de puestos de trabajo. No es que estemos en contra de la tecnología, pero creernos que su implantación debe ser discutida y negociada con los sindicatos, para que los excedentes de plantilla que se produzcan como consecuencia de su aplicación sean reciclados hacia otros sectores. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que éstos son problemas que no pueden ser solucionados. a nivel de un solo país.

P El Gobierno español, la patronal y los sindicatos se encuentran en estos momentos tratando de buscar una alternativa que evite el cierre de instalaciones en la siderurgia integral.

R. También éste es un tema que preocupa en otros países y que está planteado desde hace varios años. La producción de acero en Europa se ha venido reduciendo. Pero el problema tiene dos aspectos, íntimamente conexionados entre sí. Por un lado, se ha registrado una sobrecapacidad en la producción, y, por otro, se ha producido una menor demanda porque se construyen menos bienes que requieran acero, puentes ,barcos, automóviles o frigoríficos. Pero esto no quiere decir que la necesidad de este tipo de productos haya disminuido, sino que se ha reducido la capacidad adquisitiva. No se produce menos porque haya menos necesidad. Se produce menos porque no hay demanda. Yo estoy convencido de que la siderurgia española ha de ser reestructurada. En el pasado funcionaba bajo un excesivo proteccionismo y ni siquiera se hicieron las inversiones necesarias. Todo lo que no se hizo entonces hay que hacerlo ahora.

P ¿Qué hacer con los excedentes de plantilla que se producen?

R. Ningún país ha podido resolver completamente el problema de excedentes de personal en la siderurgia, y cada uno ha buscado sus propias soluciones. En unos casos se ha recurrido a las jubilaciones anticipadas, bajas indemnizadas, recolocación de los trabajadores..., pero, al final, siempre han quedado obreros en el paro. Nosotros creemos que la medida más efectiva es la de crear nuevas industrias que absorban ese excedente.

P El sector del automóvil se encuentra también en una situación muy parecida. En España, en ese sentido, se sufre una cierta colonización. ¿Cómo se contempla eso a nivel sindical?

R. Primero, hay que partir de que cada vez se tiende más a construir el automóvil mundial, modelos que, con pequeñas modificaciones, sirven para cualquier país. La industria del automóvil sólo puede subsistir de esa manera. Yo estoy convencido de que en un futuro no muy lejano sólo va a haber siete u ocho fabricantes. España llegó tarde al mercado de la automoción, y por eso sufre esa colonización, porque depende de lo que los fabricantes quieran invertir. Cada país quiere producir al máximo y la tarta no es tan grande como para permitir un reparto satisfactorio para todos. Por eso, los problemas existen y seguirán existiendo en el futuro. Los sindicatos, en este aspecto, sólo pueden propiciar la negociación entre las partes, para que los intereses de cada país se conjuguen al máximo.

P En medios sindicales se comenta que existe una cierta dictadura por parte de las federaciones de metal, que son, tradicionalmente las más fuertes, tanto por su poder económico como por el número de afiliados. ¿Es eso cierto?

R. Las grandes organizaciones siempre son las que tienen mayor grado de influencia. Pero eso es normal. También los grandes países tienen, a veces, un excesivo peso sobre los pequeños. Este tipo de quejas se han producido siempre. Esto no es malo. Es un hecho. Lo que ocurre es que cuando se tiene poder hay que utilizarlo de manera inteligente.

P ¿Cómo ve usted el panorama sindical de nuestro país? ¿Cree que es posible la unidad de CC OO y UGT?.

R. Hay que felicitar a UGT, que, tras cuarenta años de clandestinidad, ha conseguido crear una buena organización y ostentar la mayoría sindical. El sindicalismo español, con un Gobierno socialista, creo que se encuentra ante un futuro optimista. En cuanto a la posibilidad de unión entre los dos sindicatos, eso es algo a lo que tendrá que dar respuesta el trabajador español. España tiene una tradición de sindicalismo pluralista y parece muy difícil que se puedan salvar las grandes diferencias que hay entre CC OO y UGT.

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