Felipe González
Presidente del Gobierno, celebró ayer en la intimidad su 41 cumpleaños. Una comida con su mujer y sus hijos, en la residencia del palacio de la Moncloa, y algunos minutos dedicados a agradecer telegramas de felicitación y firmar fotos solicitadas fueron las únicas novedades de un día normal. Hubo, eso sí, el prometido regalo de su equipo de colaboradores: un ficus de casi dos metros que sus secretarias colocaron en el despacho presidencial, quizá para hacer realidad los diálogos que la columnista de Diario 16 Carinen Rico Godoy atribuye frecuentemente al jefe del Gobierno con tan singular consejero.
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