Fallos de diseño en el Shuttle pone en peligro el calendario espacial de EE UU
Las autoridades norteamericanas en materia espacial se encuentran cada vez más preocupadas por los problemas técnicos que están retrasando el primer lanzamiento del segundo lanzador tipo Shuttle, el Challenger, y temen que el retraso dañe gravemente su futura utilización para fines comerciales. Ahora se ha descubierto que una advertencia sobre estos problemas se realizó ya en 1978 y que las continuas inspecciones técnicas no sirvieron para detectar a tiempo los fallos en los motores.
Ingenieros de la firma constructora de los motores de la nave espacial llegaron el pasado martes a Cabo Cañaveral, en el Estado de Florida, para tratar de reparar las fugas descubiertas en los últimos días en los conductos de hidrógeno líquido de cada uno de los motores del Challenger.Los tres grupos de propulsión de la nave sucesora del Columbia han sido desmontados y los técnicos están esforzándose en conseguir que el lanzamiento del Challenger, previsto en principio para el pasado 20 de enero, pueda realizarse a finales de este mes.
El general James Abrahamson, administrador adjunto de los sistemas de transporte espacial de la NASA, declaró ante el subcomité de ciencia y tecnología del congreso norteamericano el pasado martes que el lanzamiento tendría lugar el 26 o 27 de marzo. Abraharnson señaló que el hecho de que se hubieran descubierto fallos en los sistemas del Challenger antes de su lanzamiento muestra el alto grado de seguridad con que se trabaja en el programa. Afirmó también que la reducción en los presupuestos tenía la culpa de muchos de los problemas, especialmente de la escasez de repuestos, con que se enfrentaban este año los programas espaciales de la NASA.
Mayor potencia
Los problemas que plantean los motores del Challenger se deben a las modificaciones introducidas en su diseño respecto a los del Columbia, con el fin de obtener más potencia para transportar cargas más pesadas. Entre estas modificaciones está la instalación de un refuerzo metálico en los conductos de hidrógeno líquido, destinado a protegerlos de las vibraciones.En la soldadura de estos refuerzos se han observado fallos que podrían producir fugas del combustible en la parte posterior de la nave. En principio se pensó que el fallo era puramente de montaje y en un solo motor, pero inspecciones posteriores parecieron mostrar un defecto de diseño.
La solución que se va a tomar ahora es volver al diseño original de los motores, con lo que el Challenger tendrá igual potencia que el Columbia. Una mayor potencia no sería absolutamente necesaria, según el calendario original de los vuelos del Shuttle, hasta 1985, con lo que se espera poder mantener este calendario.
El retraso en este lanzamiento ha costado hasta ahora a la NASA unos 1,5 millones de dólares (más de 150 millones de pesetas), pero estos gastos subirán previsiblemente durante este año, debido a las horas extras que el personal técnico deberá realizar para poder mantener el ya apretado calendario de los siguientes vuelos del Challenger. Después de este primer vuelo, y sexto del programa Shuttle, hay previstos otros dos más antes del 30 de septiembre próximo, en que se deberá poner el órbita el laboratorio espacial europeo.
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