Difícil cese

A Pablo Porta no se le puede dar el cese desde el Consejo Superior de Deportes, porque la legislación actual no lo permite. Los presidentes son ahora elegidos, y sólo la propia asamblea del fútbol podría obligarle a dimitir. La fórmula legal para enviarle a casa tendría que llegar a través de una sentencia probatoria de una administración irregular. El Tribunal de Cuentas, que tiene que emitir juicio sobre las famosas auditorías, podría ser la percha adecuada para dar satisfacción a quienes creen en la política de gestos.

Según todos los indicios, podría suceder que el Tribunal de Cuentas no diera una respuesta clarificadora que facilitara la adopción de medidas enérgicas. Podría ocurrir que el Tribunal de Cuentas se limitara a dar un informe. En ese caso, en el CSD no se tendrían las armas necesarias para finiquitar una situación cada día más incómoda.

El Tribunal de Cuentas puede tomarse tiempo para estudiar detenidamente cada auditoría. Esta postura, que podría entenderse como un deseo de dar largas al asunto, podría modificarse por medio de presiones legales. Quizá la más efectiva sería la presentación de una moción, ante la Comisión de Cultura del Congreso, para reclamar un informe rápido del citado tribunal. De otra manera, Pablo Porta podría llegar al final de su etapa actual sin que nadie le hubiera tocado los costados.