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El doctor López Quiles, una institución en la traumatología futbolística que se acaba

El doctor Julio López Quiles, traumatólogo jefe del Real Madrid desde 1960, se encuentra actualmente en trámites para abandonar el club en el que prácticamente ya no ejerce ninguna función. Ha sido tan criticado por los resultados de las intervenciones quirúrgicas efectuadas a algunos jugadores, que en determinados momentos se llegó a poner en entredicho su capacidad profesional.En las últimas temporadas proliferaron los jugadores que recurrieron y fueron operados por especialistas ajenos al cuadro médico del club. Un largo historial de jugadores repuestos de lesiones graves le supuso gozar hasta hace poco tiempo de la confianza del club, justamente hasta la llegada de la nueva directiva del Real Madrid, una vez reelegido Luis de Carlos como presidente.

López Quiles llegó al Real Madrid, como traumatólogo, en julio de 1960, de la mano del entonces entrenador, Miguel Muñoz, que acababa de colgar las botas como jugador. Desempeñaba sus funciones en el antiguo Plus Ultra, hoy Castilla, filial madridista, y fue decisiva, precisamente, la recuperación del entonces jugador Santamaría para su fichaje. El defensa madridista, aquejado de un tirón, fue curado en quince días por López Quiles, cuando en aquellos tiempos se necesitaban dos meses para ese tipo de recuperaciones. Así pudo jugar una importante eliminatoria de la Copa de Europa frente al Barcelona.A más de 150 se elevan las intervenciones quirúrgicas que el doctor López Quiles ha realizado como traumatólogo del Real Madrid en los casi veinticuatro años que ha prestado sus servicios médicos en el club. Operó de ligamentos cruzados, una de las lesiones más graves que puede sufrir un futbolista, entre otros, a Felix Ruiz, el desaparecido Ballester, Camacho, Vitoria, De Felipe, Betancourt, Macanás, Calpe, Miguel Pérez, Guerini y Escribano. De estos jugadores todos volvieron a jugar con mayor o menor éxito, excepto Félix Ruiz y Ballester. El caso de éste último, fallecido a temprana edad, lo considera López Quiles como su mayor fracaso.

En resumen, jugadores madridistas que fueron intervenidos por el doctor López Quiles de lesiones graves y complicadas fueron: Santisteban (desgarro muscular); Amancio (dos operaciones: luxación de tendones peroneos y desgarro muscular); Grosso (rotura de menisco y lesión de cartílago); Escribano (menisco y ligamentos cruzados en las dos rodillas); Pirri (fractura y luxación de clavícula); Uría (Abductores y pubis); García Remón (menisco y clavícula); De Felipe (dos operaciones: dos medespués, otro menisco); Calpe (dos operaciones: rotura del tendón de Aquiles y ligamentos cruzados); Velázquez ( exostis en el tobillo); Netzer (luxación de clavícula); Breitner (abductores y pubis); Benito (tres operaciones menisco y ligamento lateral interno y en otras dos ocasiones diferentes, de menisco); Miguel Angel (luxación de clavícula y rotura de ligamentos); Junquera (rotura de menisco); Zoco (rotura de ligamento lateral interno de rodilla); Grande (rotura de metacarpiano); Vicente (fractura de escafoides); Touriño (rotura de menisco); Del Bosque (rotura de menisco y fractura de clavícula); García Navajas (rotura del tendón de Aquiles); Vidal (rotura de menisco); San José (rotura de menisco); Guerini (menisco y ligamentos cruzados). Salvo Vicente, que no se recuperó de su mano, el resto de los jugadores siguieron actuando o aún lo hacen.

Al principio, algunos jugadores madridistas, quizás en un exceso de desconfianza, sin solicitar permiso oficial, visitaron de incógnito al doctor Cabot; casos de Santisteban, Grosso y Pirri, entre otros. En las últimas temporadas estas visitas se convirtieron en notorias y consentidas por el club.

Las lesiones de Cunningham merecen capítulo aparte. Han necesitado hasta ahora cuatro intervenciones quirúrgicas -dos de rodilla y otras dos del dedo del pie- en apenas dos años y aún no está recuperado del todo. La última operación que sufrió en el dedo del pie fue realizada por otro médico ajeno al Madrid, el catalán Viladot.

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