La contienda del golfo deriva hacia una 'guerra de oleoductos'
ENVIADO ESPECIAL La contienda irano-iraquí, con un frente de batalla estabilizado, puede pasar a convertirse en la guerra de los oleoductos, dado el papel que desempeñan como codiciados objetivos militares e inestimable fuente de recursos para ambas partes. Por lo que respecta a la evolución de los acontecimientos en él campo de batalla, Irak hizo ayer público, a través de la agencia INA, su comunicado número mil.
El oleoducto iraquí que lleva el petróleo hasta Iskander, en Turquía, es la verdadera yugular del país, dado que Siria, en una medida de gran alcance, decidió cerrar en febrero de 1982 el oleoducto que desde los pozos iraquíes de Kirku llevaba hasta Banias, sobre la costa mediterránea siria, los crudos de Irak.
Claude Cheysson, ministro galo de Asuntos Exteriores, que ayer concluyó una visita de veinticuatro horas a Siria, trata de convencer a los responsables de Damasco, alineados con Irán en esta guerra, de que abran el oleoducto de Banias para que Irak pueda aumentar sus exportaciones y obtener más divisas con las que saldar su deudaá por la ayuda militar y financiera de París. No está claro que Siria vaya a aceptar, pese a que, la irrupción de las tropas iraníes en el suelo árabe de Irak no entusiasme precisamente a los baasistas de Hafez el Asad.
En este aspecto, Irán parece menos dependiente de terceros para dar salida a sus crudos, ya que sobre el golfo posee 2.000 kilómetros de costa, a diferencia de Irak, que apenas cuenta con medio centenar de kilómetros sobre el Chatt-el-Arab y con el puerto de Basora, paralizado en la exportación de petróleo casi desde el comienzo de la guerra.
Irán, sin embargo, tiene concentradas sus exportaciones sobre la terminal insular de Jarq, una suerte de polvorín petrolero sobre el que nadie quiere pensar que un día pueda caer una simple bomba iraquí.
En el comunicado número mil emitido por el Estado Mayor iraquí a través de la agencia Ina se da nuevamente cuenta de las bajas, causadas a los iraníes por las unidades avanzadas iraquíes y se repite que los iraníes han continuado bombardeando las ciudades fronterizas iraquíes, "provocando daños en algunas instalaciones civiles". En este comunicado, como en los anteriores, Bagdad no da cuenta de sus propios muertos o heridos ni de sus reveses en el frente.
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