El peligro de la autocensura
La máscara de Talía, silenciada por el lápiz rojo de la censura, que desde el caso de Els Joglars se ha hecho símbolo de la libertad de expresión, ha vuelto a salir a la calle. La portaban ayer en sus pechos centenares de profesionales, en Barcelona y en Madrid, que se manifestaban por la reciente sentencia del Tribunal Supremo contra el periodista Xavier Vinader.Demasiadas veces en los últimos años la máscara ha tenido que exhibirse en público. La libertad de expresión ha intentado ser dinamitada con atentados como los registrados contra El Papus y EL PAIS; ha sido amenazada con las presiones que siempre ejerce el poder, y a las que, como se reconocía en una reciente mesa redonda celebrada en la Asociación de la Prensa, no escapa ningún medio de comunicación, y se ve cuestionada por la sentencia contra Xavier Vinader.
12 de febrero.
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