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64 jóvenes italianos resultaron muertos en el incendio de una sala cinematográfica en Turín

Un número de 64 personas perecieron ayer por la tarde a consecuencia del incendio que se produjo en un cine de la ciudad italiana de Turín, según un primer balance efectuado por los bomberos. Varias decenas de personas fueron hospitalizadas a raíz del mismo incidente, que se originó cuando en la sala cinematográfica Statuto se encontraban unas quinientas personas, en su mayoría niños y jóvenes, que asistían a la proyección de una película como cierre de la jornada de carnaval. Dos de las víctimas perecieron en el hospital a consecuencia de las quemaduras.

Los bomberos declararon ignorar las causas del incendio y no quisieron confirmar o desmentir los rumores que circulaban en la ciudad italiana según los cuales el incendio había sido provocado. La policía de Turín, sin embargo, comunicó que entre los escombros se encontró una pistola.Otra cuestión por aclarar es si fueron utilizadas las salidas de emergencia o si, por el contrario, éstas se encontraban bloqueadas desde el exterior, como se teme, por lo que el gerente del local cinematográfico, Raimondo Capello, de 51 años, fue detenido ayer bajo acusación de "homicidio por imprudencia".

Esta madrugada se ignoraba todavía en qué hechos se ha basado el magistrado que ordenó la detención para emitir su orden de detención. De todas formas, según algunas fuentes, los bomberos habían descubierto entre los escombros de la sala cinemotográfica un haz de cables eléctricos estropeados en los que se percibió alguna contravención a las normas de seguridad exigidas por la legislación italiana.

Para apagar el incendio y penetrar en el local, sobre todo en el piso superior del mismo, donde fueron halladas casi todas las víctimas, los bomberos debieron utilizar máscaras de gas. Diez cadáveres fueron descubiertos en los retretes del cine.

Tras el incendio, todos los accesos a la sala fueron rápidamente aislados por los carabinieri, que se vieron en la necesidad de alinear los cadáveres de las víctimas en las aceras adyacentes, mientras tanto muchos padres esperaban ansiosamente saber si sus hijos se encontraban entre las víctimas.

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