Esforzado triunfo de un Madrid eficaz
Lolo Sáinz hizo ayer un ejercicio de voto útil. Escogió eficacia, prescindió de la brillantez y le salió un triunfo esforzado ante el TSSKA de Moscú. En definitiva y tal y como está de igualada la Copa de Europa de baloncesto una tragedia menos que sufrir en el pabellón. Ayer no hubo espectacularidad, solo esfuerzo, emoción y tesón defensivo y, sin embargo, lució el jugador madridista menos brillante, Romay, que hizo su mejor partido de copa de Europa y salvó la estrategia del técnico.Lolo Sáinz tuvo ayer que adoptar una decisión arriesgada que le resultó positiva. Dejó menguada la primera parte, a sus jugadores más brillantes en el banquillo y sacó un plantel más discreto, pero posiblemente más regular. Llorente, Rullán, Romay, Iturriaga y Brabender es hoy un quinteto que no tiene nada de titular en su conjunto. Cinco hombres luchadores para mantener una defensa implacable, esforzada, pero muy eficaz. Una defensa individual tácticamente poco brillante, pero atenta y un rebote extraordinario, con Romay de figura arrolladora. Este jugador se sintió ayer tan pletórico que incluso intentó acciones mas brillantes. Romay fue el mejor madridista ante los soviéticos y el público se sorprendió al ver cómo un jugador rompía con cierto complejo que parece atenazarle a menudo.
Lolo Sáinz acertó a parar inicialmente a los soviéticos de la forma más eficaz, es decir, se consiguió una rápida ventaja de hasta nueve puntos, se castigó con personales al cuadro rival y el público disfrutó de las espectaculares asistencias de Delibasic. Los soviéticos apenas modificaron una zona 2-3 donde no era muy fácil aplicar el tiro a la media distancia, pero Delibasic, en una función de coordinación, logró abrir unas brechas impresionantes con tres genialidades que levantaron aplausos. Sin embargo, la máquina soviética comenzó a presionar sin alterarse y el panorama se nubló.
La situación no varió en la reanudación, para bien del técnico, porque de perder, el público se le hubiera hechado encima. Los yugoslavos, Fernando Martín y Corbalán, apoyaron a sus compañeros desde el banquillo. El Real Madrid defendía bien, pero conseguir canastas era muy sufrido. En un ambiente expectante, con el público sobrecogido, el Real Madrid mantuvo sus cuatro o cinco tantos hasta casi el final, cuando no se pudieron evitar los grandes sustos por un par de torpezas de Llorente.
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