Fuerte oposición en el Comité Central del PCE a los cambios propuestos por Iglesias

El Comité Central del Partido Comunista de España (PCE) interrumpió anoche, a las once, su reunión, sin haber llegado a votar las propuestas de cambios en los órganos de dirección del partido hechas por Gerardo Iglesias, que constituían el segundo punto del orden del dia. El informe del secretario general comunista, aprobado por escasísimo margen en la reunión del Comité Ejecutivo del lunes y martes pasados, incluye la propuesta de nombrar a Enrique Curiel vicesecretario general del PCE, puesto del que dimitió hace unos meses, Nicolás Sartorius, y está encontrando fuerte oposición para salir adelante.

Junto a los semblantes crispados de la mayor parte de los dirigentes comunistas, a la salida de la reunión se mantuvo un ambiente de hermetismo, especialmente patente en Santiago Carrillo al abandonar la sede del partido: "No pienso decir una puta palabra".Desde las nueve de la noche, hora en que se empezó a debatir la propuesta de Iglesias sobre los cambios en la dirección, hasta las once intervinieron, con posturas encontradas, Tueros, Arija, Marcelino Camacho, Antoni Gutiérrez Díaz, Anselmo Hoyos y Manuel Anguita. La votación sobre estos cambios en el PCE podría no producirse hasta últimas horas de hoy.

De aprobarse la propuesta de Gerardo Iglesias, que en todo caso saldrá con grandes dificultades, según todas las opiniones, Jaime Ballesteros, actual secretario del área de organización, dejaría estas competencias, aun que podría mantenerse en la otra vicesecretaría general y ocuparse de las relaciones internacionales. Eulalia Vintró, según la propuesta de Gerardo Iglesias, sería nombrada titular de la secretaría de cultura, mientras que Leopoldo Alcaraz y Anselmo Hoyos saldrían del secretariado. Adolfo Piñedo se mantendrá al frente del área de relaciones laborales. Ninguno de estos extremos fue confirmado ayer explícitamente por fuentes oficiales del partido comunista, en cuya sede se libraba una visible batalla entre quienes apoyan los cambios propuestos por Iglesias y los que se resisten a ellos, en términos similares a los que rodearon la conferencia nacional del partido, celebrada el pasado mes de diciembre. La conferencia, órgano soberano entre congresos, aprobó el informe de Iglesias y una serie de acuerdos "que muchos no quieren entender", según comentarios oidos en la sede del PCE.

La posibilidad de que Francisco Palero, dirigente del PCE en Guadalajara, sustituya a Leopoldo Alcaraz en el secretariado era de las que más dudas suscitaban en el Comité Central comunista, aunque se considera que las votaciones se producirán a la propuesta global. Dentro de la tónica de tensión de la reunión de ayer, se habló incluso de la posibilidad de que el ejecutivo del partido, que había pasado la patata caliente al Comité Central al aprobar, aunque con grandes dificultades, la propuesta de Iglesias a principio de la semana, se reuniera anoche mismo.

En la sede del partido comunista se desmintió la dimisión de Alcaraz como secretario general del partido en Andalucía. El próximo lunes habrá una reunión monográfica del ejecutivo para tratar el "tema andaluz", donde una provincia como Sevilla se encuentra sin directiva provincial porque dimitió en pleno poco antes de la conferencia nacional del partido.

Con anterioridad al debate sobre los cambios en los órganos de dirección, el Comité Central comunista aprobó el informe de Juan Francisco Pla sobre política y elecciones municipales, y otro de Gerardo Iglesias sobre política nacional e internacional. También se dio el visto bueno al lanzamiento de la campaña de financiación del partido de cara a las elecciones municipales, en cuya preparación invertirá el partido comunista doscientos millones de pesetas, cien provenientes de créditos bancarios y el resto obtenido por ayudas, bonos y la fiesta del partido.

El informe sobre política nacional e internacional de Gerardo Iglesias, que fue aprobado ayer, analiza la negociación colectiva en nuestro país y califica de "postura cerril" la actitud de la patronal, al tiempo que se muestra preocupado por la actitud del Gobierno de no comprometerse en la negociación colectiva.