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Entrevista:

Romà Cuyàs: "La Federación que no pase las auditorías a satisfacción no tendrá subvenciones"

Luis Gómez

LUIS GOMEZ, Pregunta: ¿Cuáles serán las consecuencias de los resultados de las auditorías practicadas?

Respuesta: Buscaremos una total transparencia. Dije en la comida con los presidentes de federaciones que ellos tienen el objetivo de dedicarse a lo deportivo, pero la administración ha de ser perfecta. No se trata de que los presidentes tengan sobre sí una espada de Damocles, pero la administración ha de ser sin mácula y esa administración debe ser sin trámites. La vigilancia será exhaustiva, porque se llegará hasta donde haga falta. Por otra parte, la rendición de cuentas ha de convertirse en un elemento mecánico de trabajo, y para ello se impartirá una serie de cursillos para preparar a los dirigentes de clubes y federaciones.

P. ¿Ha encontrado todas las auditorías en su sitio?

R. La verdad es que sí. Y hasta he podido trabajar con un resumen que, además, creo que no estaba preparado para mí.

P. ¿Llegará el momento en que se hagan públicas?

R. Quiero reflexionarlo, porque no sé hasta qué punto las auditorías sean documentos públicos. Tampoco sé qué utilidad tendrá y si, por ejemplo, en caso negativo, eso serviría como sanción adicional. De todas formas, es un tema para la meditación.

P. ¿Le preocupa la herencia que le han dejado?

R. Hay algún caso preocupante, pero en otros se advierte una mejoría, es decir, que hay federaciones que van aprendiendo y mejoran su contabilidad. Nuestro criterio será que el que no pase las auditorías a satisfacción no recibirá subvenciones. Hay también que determinar el nivel de irregularidad, porque no es lo mismo aquella federación que ha fallado una vez y luego ha mejorado, que aquella otra que lleva tres años con informes negativos. Aquí hay que cortar porque no se advierte un propósito de enmienda.

P. En los informes de auditorías hay continuas quejas sobre la imposibilidad que tienen los censores de examinar los ingresos propios de las federaciones.

R. Nuestro criterio es el de examinar todos los recursos que maneja una federación, tanto por la vía subvenciones como recursos propios.

Es necesaria una total transparencia, porque sin ella no hay seguridad de que la auditoría esté bien hecha. Aquella federación que no desee se le examinen sus recursos propios, que no pida subvenciones.

P. ¿Las posibles sanciones se limitarán a la suspensión de subvenciones o habrá otras de tipo menor?.

R. Es muy limitada la capacidad sancionadora del Consejo en estos temas, por su naturaleza. En otros casos puede intervenir la Intervención General del Estado.

P. ¿Cambio para la reforma o la ruptura?

R. Cambio rupturista sin traumas. Hay que llegar a modificar las estructuras sin que al romper se quede nada en la mano. A veces, por precipitación, se pierden cosas que luego se tarda en recuperar. Cambio sin miedo y hasta donde sea preciso.

P. La burocratización parece ser una constante en la economía de todas las federaciones.

R. Es cierto, pero en un porcentaje que se está limitando y aún debe limitarse más. Las partidas de gastos generales deben ir teniendo el menor peso posible.

P. Con relación a las economías de las federaciones, que son entidades privadas, el equipo de Jesús Hermida planteó la necesidad de que éstas tendieran en un futuro a la autofinanciación, pero a costa de concederlas durante una primera fase gran cantidad de dinero para construcciones que pasarían a su propiedad ¿Ese plan trienal que pretendía capitalizar las federaciones se mantendrá?

R. Eso se va a revisar. Las federaciones deben tender a una autofinanciación, pero no a costa de capitalizarse con dinero público.

P. ¿A qué se debe la elaboración de un nuevo organigrama de funcionamiento del Consejo Superior de Deportes?

R. Está en estudio un nuevo organigrama, porque las cosas en este país están cambiando. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que el traspaso de competencias a las Autonomías en materia deportiva es total. Por otra parte, hay que mantener unos criterios de racionalidad, hay que atender a nuevas áreas y hay que intentar llegar a unos niveles de productividad equiparables a la empresa privada La racionalización en la Administración no es sólo trabajar más, sino trabajar mejor.

P. ¿Qué encantos ha tenido para que gozara tan rápidamente del favor de los poderes fácticos del deporte?

R. No sé que existan los poderes fácticos, pero mi acceso a la presidencia del COE es más producto de la coherencia que de mis encantos. Sé, que me presentaba a dicha presidencia en virtud del cargo que ocupaba, pero no existen más fantasmas. Se me habrá votado por mis méritos personales "únicamente", y ponga ese, únicamente entre comillas, pero no se produjo una colaboración con los poderes fácticos, sino un análisis de la situación. No tengo nada que ver ni con la convocatoria del Pleno del COE ni con su orden del día.

P. Eso no parece muy creíble.

R. Hermida anunció que hablaría conmigo y luego tomaría una decisión. Y cuando hablamos expresé mi criterio, que era que, en estos momentos, la bicefalia era lo más útil para el deporte español Esa era mi posición. Ahora, por qué a la Prensa, hace ocho meses, en abril de 1982, no le interesó este tema, no lo sé. Pero en aquel momento, y tras un cambio de estatutos, López Amor, por ejemplo, no tuvo escrúpulos en ser bicéfalo, y no se dijo nada ni se puso en entre dicho la independencia del COE, ni siquiera se trató de la conveniencia de separar ambos cargos Pero hace unos días esto mismo ha creado la mayor polémica en muchos años.

P. Pero Hermida no quería dimitir.

R. Es cierto que, posiblemente su intención no fuera la de dimitir y que le hubiera gustado seguir. Lo que pasa es que él no podía evita que en la reunión del COI en Los Angeles no hubiera un auténtico representante y no podía obstaculizar esta presencia, de tal manera que no vaya quien haya de ser representativo en un futuro.

P. En todo caso, podría haberse dado la explicación de que Hermida no se había mostrado muy entusiasmado con el proyecto de los Juegos Olímpicos en Barcelona.

R. Es cierto que estuvo algo más que tibio, pero la importancia del proyecto de los Juegos Olímpicos tampoco estuvo tan condicionada. Entre otras cosas, porque, para ese proyecto, es más importante el cargo de secretario de Estado que el de presidente del COE, porque el dinero lo tiene el primero. Por otra parte, el COE nunca podrá decidir ni oponerse sobre este tema, que exige la participación del Gobierno. Hay que tener en cuenta que el COE no asume ni el compromiso económico ni el del prestigio del país. Pero sí podría plantear dificultades en lo concerniente a la alta competición.

P. Quizá se hubiera admitido mejor un hombre de confianza.

R. ¿Y qué es un hombre de confianza? No hubo más fantasmas, fue una jugada al libre albedrío y tampoco hubo campaña de captación de votos. Incluso tuve que suspender intencionadamente las visitas de presidentes de federación para que nadie pensara que hubo tal campaña. La cuestión es que Jesús Hermida proyectó para el COE un presupuesto de 1.700 millones y las relaciones entre COE y CSD hubieran sido muy difíciles partiendo de esa base.

P. ¿El proyecto Juegos Olímpicos en Barcelona es, para usted, una ilusión muy especial?

R. No es sólo eso. Es un proyecto fundamental, el más importante que tendrán Barcelona y España en los próximos diez años. Lo digo con esa rotundidad.

P. Se ha hablado de la competición que existe entre varias ciudades por la candidatura de 1992. Supongo que además de un buen proyecto hará falta venderlo. ¿Cómo se vende una candidatura olímpica?

R. Una candidatura olímpica consta de un buen proyecto y de unas situaciones de oportunidad. El proyecto sólo es aceptable si reúne garantías de éxito y si está asegurada tanto su ejecución como el riesgo que asume el país en su organización. En cuanto a las situaciones de oportunidad, Barcelona reúne todas. En 1992 debe haber unos juegos en Europa. España es uno de los pocos países que no los ha organizado. Sus rivales, Francia, Holanda y Suecia, ya lo han hecho. 1992 es el 500 aniversario del descubrimiento de América. Barcelona es una capital colombina por excelencia. Pero hay más. El presidente del COI es barcelonés, aunque en esto actuará con imparcialidad, pero luego Barcelona tiene una gran tradición olímpica. En Barcelona se constituyó el COE, presidido por el barón de Güell. Barcelona obtuvo la candidatura para celebrar los Juegos de 1936, que se desestimó en la reunión del COI en Barcelona, en 1931, a raíz de la llegada de la República, y se concedió a Berlín. En 1965 se volvió a intentar, pero la competencia de la candidatura de Madrid supuso extrañas maniobras y se le adjudicó finalmente a Munich. Barcelona tiene instalaciones, se vive el deporte y hay sensibilidad por este tema. Fíjese que la moción que se presentó en el Ayuntamiento fue la primera que concitó la unanimidad de los seis partidos políticos presentes en el Ayuntamiento. Nunca antes un tema les había puesto de acuerdo a todos.

P. A usted no le gusta el fútbol, pero ¿qué le hace pensar que en toda una semana sólo se hable de un fallo arbitral?

R. Las cosas son como son y no como uno quisiera que fueran. El fútbol apasiona, y no sólo en España. Y apasiona más un fallo arbitral que una gran jugada. Creo que hay que recuperar para la población el sentido lúdico que proporciona la práctica deportiva.

P. ¿Teme que, dada la crisis que atraviesa este deporte, quieran hacerle a usted responsable de la desaparición de muchos clubes si el CSd no ayuda económicamente?

R. Comprendo la resonancia social que tienen los presidentes del fútbol, pero intentaremos practicar una política de transparencia. Es decir, se trata de asegurar que la gestión sea lo más transparente posible y que, si ha habido una proliferación excesiva de ciertos gastos, esto se conozca para que todo el mundo esté informado de las causas y, si es posible, se evite. El CSD intentará conocer todos los casos. Por eso se irá a una reglamentación del deporte profesional. El fútbol no es un deporte a extinguir.

P. ¿No cree usted que los presidentes o dirigentes deportivos tienen una imagen muy devaluada?

R. Es injusto que el dirigente de club tenga una imagen devaluada. Han sido muchos de ellos las células básicas del deporte en España, gracias a su desinterés y dedicación, sin ninguna recompensa. No es justo. Lo que pasa es que esa mala imagen procede de ciertos casos espectaculares que proceden sobre todo del fútbol y que se han generalizado.

P. Pero habrá que democratizar más el comportamiento de muchos dirigentes.

R. Democratizar significa dos cosas: participación y representación. Los poderes presidenciales emanan de unos estatutos que pueden ser reformados según estos criterios.

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